Con el adelanto de la hora en Argentina a partir de hoy 30 de diciembre, se modificaron miles de destinos.
Aquél q' tenia su hora señalada el 30 de diciembre a las 0.15, zafo como el mejor.
Por una vez la puta burocracia salvo una vida.-
domingo, 30 de diciembre de 2007
Dylan en Argentina, vamos carajo!!!
La cuenta regresiva ya comenzó: a partir del próximo 7 de enero se podrán adquirir las entradas para presenciar el concierto que Bob Dylan brindará en el estadio de Velez Sarsfield el 15 de marzo.
Las entradas se venderán en el estadio, llamando a Top Show al 4000-2800 www.topshow. com.ar, y puntos de venta autorizados en Yenny / El Ateneo: Belgrano: Av Cabildo 1978 / Alto Palermo / Florida 340.
Los valores son los siguientes: Campo VIP 1: $380 Campo VIP 2: $330 Campo VIP 3: $280 Platea Baja Preferencial: $220 Platea Baja: $170 Platea Alta: $90 General con acceso a Campo: $75
http://www.rollings tonela.com/ notaMostrar_ cs.asp?nota_ id=974651
Esto va tomando color y ya me estoy entusiasmando....me cago en los días q' faltan hasta el 15 de marzo
Viva Bobby!!
Las entradas se venderán en el estadio, llamando a Top Show al 4000-2800 www.topshow. com.ar, y puntos de venta autorizados en Yenny / El Ateneo: Belgrano: Av Cabildo 1978 / Alto Palermo / Florida 340.
Los valores son los siguientes: Campo VIP 1: $380 Campo VIP 2: $330 Campo VIP 3: $280 Platea Baja Preferencial: $220 Platea Baja: $170 Platea Alta: $90 General con acceso a Campo: $75
http://www.rollings tonela.com/ notaMostrar_ cs.asp?nota_ id=974651
Esto va tomando color y ya me estoy entusiasmando....me cago en los días q' faltan hasta el 15 de marzo
Viva Bobby!!
La cocina de un hombre solo
Por esta única reflexión Bukowski merece mis mayores respetos:
"Mostrame un hombre q' viva solo y q' tenga la cocina permanentemente limpia, y ocho de cada nueve veces yo te voy a demostrar q' tiene cualidades espirituales detestables".-
Charles Bukowski
"Mostrame un hombre q' viva solo y q' tenga la cocina permanentemente limpia, y ocho de cada nueve veces yo te voy a demostrar q' tiene cualidades espirituales detestables".-
Charles Bukowski
martes, 25 de diciembre de 2007
Sería una prueba de que Dios existe: BOB DYLAN EN ARGENTINA
Ya va tomando forma la supuesta gira de Dylan a Sudamerica, en principio estarían confirmados según los productores locales el día 11 de marzo en Santiago de Chile
en el estadio San Carlos de Apoquindo de 10.000 localidades y el 15 de marzo en Buenos Aires, Argentina, en el estadio de Velez Sarfield que es una cancha de futból al aire libre con una capacidad de 40.000 personas lo q’ no deja de llamarme la atención y de lamentar ya q’ lo ideal para verlo sería un microestadio de menos de 8.000 personas. En Buenos Aires las entradas costarían de 380 a 75 pesos (U$S 128 a 25 aprox) y saldrían a la venta a partir del 7 de enero. Tb. tocaría en San Pablo y Rio, Brasil en grandes estadios al descubierto en fechas a confirmar.
Bueno, si es así veré al maestro despúes de casi 8 años (Florencia, mayo del 2000) lo q’ no sé si es bueno o malo ya q’ todavía me queda en la memoria ese concierto espectacular.
Ojalá finalmente acá se anime a deshacerse del pianito eléctrico que viene tocando desde el 2003.- Pero igual aunque toqués la pandereta DYLAN TE KIERO Y TE KIERO VER!!
en el estadio San Carlos de Apoquindo de 10.000 localidades y el 15 de marzo en Buenos Aires, Argentina, en el estadio de Velez Sarfield que es una cancha de futból al aire libre con una capacidad de 40.000 personas lo q’ no deja de llamarme la atención y de lamentar ya q’ lo ideal para verlo sería un microestadio de menos de 8.000 personas. En Buenos Aires las entradas costarían de 380 a 75 pesos (U$S 128 a 25 aprox) y saldrían a la venta a partir del 7 de enero. Tb. tocaría en San Pablo y Rio, Brasil en grandes estadios al descubierto en fechas a confirmar.
Bueno, si es así veré al maestro despúes de casi 8 años (Florencia, mayo del 2000) lo q’ no sé si es bueno o malo ya q’ todavía me queda en la memoria ese concierto espectacular.
Ojalá finalmente acá se anime a deshacerse del pianito eléctrico que viene tocando desde el 2003.- Pero igual aunque toqués la pandereta DYLAN TE KIERO Y TE KIERO VER!!
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Marion a Daniel- Las Alas del Deseo/Peter Handke
Algún día tiene que ir en serio. He estado muy sola, pero nunca he vivido sola. Cuando estaba con alguien solía estar contenta, pero al mismo tiempo todo me parecía casual. Estas personas eran mis padres pero podrían haber sido otros. ¿Por qué mi hermano era el de los ojos marrones y no el de los ojos verdes, del andén de enfrente. La hija del taxista era mi amiga, pero igual podría haber rodeado con mi brazo el cuello de un caballo. Estaba con un hombre, estaba enamorada y lo mismo podría haberlo dejado plantado y haber seguido al extraño que nos cruzamos en la calle.
Mírame o no me mires. Dame la mano o no me la des.
No, no me des la mano y aparta tu mirada de mí.Creo que esta noche hay luna nueva: ninguna noche más serena, ninguna sangre correrá en toda la ciudad. Nunca he jugado con alguien y sin embargo nunca he abierto los ojos y he pensado: ahora va en serio. Ahora al fin irá en serio. Así han ido pasando mis años¿Sólo yo era tan poco seria? ¿Eran tan poco serios los tiempos? Nunca fui solitaria, ni cuando estaba sola ni con otros. Pero me habría gustado al fin ser solitaria.
Soledad quiere decir: al fin estoy entera. Ahora puedo decirlo porque al fin esta noche soy solitaria.Hay que acabar con el azar. Luna nueva de la decisión. No sé si hay un destino, pero hay una decisión: decídete. Ahora nosotros somos el tiempo. No sólo la ciudad entera, el mundo entero toma parte ahora mismo en nuestra decisión. Ahora los dos somos más que sólo dos. Nosotros encarnamos algo. Estamos sentados en la plaza del pueblo y toda la plaza está llena de gente que anhela lo mismo que nosotros. Nosotros decidimos el juego por todos. Estoy lista, ahora es tu turno. Tienes el juego en tus manos. Ahora o nunca. Me necesitas y me necesitarás. No hay historia mayor que la nuestra, la del hombre y la mujer. Será una historia de gigantes, invisibles, transmisibles, una historia de nuevos ancestros. Mira mis ojos, son la imagen de la necesidad, del futuro de todos en la plaza.Anoche soñé con un desconocido, con mi hombre. Sólo con él podía ser solitaria. Abrirme a él, toda abierta, toda para él, acogiéndolo entero como un todo dentro de mí, rodeándole con el laberinto de la dicha común. Lo sé eres tú.
Mírame o no me mires. Dame la mano o no me la des.
No, no me des la mano y aparta tu mirada de mí.Creo que esta noche hay luna nueva: ninguna noche más serena, ninguna sangre correrá en toda la ciudad. Nunca he jugado con alguien y sin embargo nunca he abierto los ojos y he pensado: ahora va en serio. Ahora al fin irá en serio. Así han ido pasando mis años¿Sólo yo era tan poco seria? ¿Eran tan poco serios los tiempos? Nunca fui solitaria, ni cuando estaba sola ni con otros. Pero me habría gustado al fin ser solitaria.
Soledad quiere decir: al fin estoy entera. Ahora puedo decirlo porque al fin esta noche soy solitaria.Hay que acabar con el azar. Luna nueva de la decisión. No sé si hay un destino, pero hay una decisión: decídete. Ahora nosotros somos el tiempo. No sólo la ciudad entera, el mundo entero toma parte ahora mismo en nuestra decisión. Ahora los dos somos más que sólo dos. Nosotros encarnamos algo. Estamos sentados en la plaza del pueblo y toda la plaza está llena de gente que anhela lo mismo que nosotros. Nosotros decidimos el juego por todos. Estoy lista, ahora es tu turno. Tienes el juego en tus manos. Ahora o nunca. Me necesitas y me necesitarás. No hay historia mayor que la nuestra, la del hombre y la mujer. Será una historia de gigantes, invisibles, transmisibles, una historia de nuevos ancestros. Mira mis ojos, son la imagen de la necesidad, del futuro de todos en la plaza.Anoche soñé con un desconocido, con mi hombre. Sólo con él podía ser solitaria. Abrirme a él, toda abierta, toda para él, acogiéndolo entero como un todo dentro de mí, rodeándole con el laberinto de la dicha común. Lo sé eres tú.
lunes, 17 de diciembre de 2007
Serrat-Sabina/Dos Pájaros de un Tiro
Cd.1:
1- Ocupen su lugar - Hoy puede ser un gran dia
2- Aves de paso
3- Pueblo blanco
4- Algo personal
5- Y sin embargo
6- No hago otra cosa que pensar en ti
7- Quien me ha robado el mes de abril
8- Princesa
9- Contigo
10- Tu nombre me sabe a yerba
11- La orilla de la chimenea
12- Señora
13- Aquellas pequeñas cosas - ruido - el muerto vivo
14- Es caprichoso el azar
Cd.2:
1- Fa vint anys que tinc vint anys
2- Poema de amor
3- Pacto entre caballeros
4- Noche de boda
5- Mediterraneo
6- 19 dias y 500 noches
7- Penelope
8- Mas de 100 mentiras
9- Fiesta
10- Pastillas para no soñar
11- Cantares - y nos dieron las 10
12- Despedida
13- Paraules d'amor
14- Lucia - la del pirata cojo
15- Calle melancolia
16- Que se llama soledad - Para la libertad
http://www.badongo.com/file/5576640
http://www.badongo.com/file/5577741
1- Ocupen su lugar - Hoy puede ser un gran dia
2- Aves de paso
3- Pueblo blanco
4- Algo personal
5- Y sin embargo
6- No hago otra cosa que pensar en ti
7- Quien me ha robado el mes de abril
8- Princesa
9- Contigo
10- Tu nombre me sabe a yerba
11- La orilla de la chimenea
12- Señora
13- Aquellas pequeñas cosas - ruido - el muerto vivo
14- Es caprichoso el azar
Cd.2:
1- Fa vint anys que tinc vint anys
2- Poema de amor
3- Pacto entre caballeros
4- Noche de boda
5- Mediterraneo
6- 19 dias y 500 noches
7- Penelope
8- Mas de 100 mentiras
9- Fiesta
10- Pastillas para no soñar
11- Cantares - y nos dieron las 10
12- Despedida
13- Paraules d'amor
14- Lucia - la del pirata cojo
15- Calle melancolia
16- Que se llama soledad - Para la libertad
http://www.badongo.com/file/5576640
http://www.badongo.com/file/5577741
jueves, 6 de diciembre de 2007
domingo, 25 de noviembre de 2007
Esto es sólo para tí y para mí - original en sefaradí de Clarisse Nikoidsky
Esto es sólo para tí y para mí
no le diremos nada,
nada a ninguno.
Nos quedaremos muy quietos
como si no pasara nada
entre tí, entre mí.
¿Quien va a ver tu mano, mi mano,
mandarse un beso que ni la boca ve?
Como si no pasará nada,
entre tí, entre mí.-
no le diremos nada,
nada a ninguno.
Nos quedaremos muy quietos
como si no pasara nada
entre tí, entre mí.
¿Quien va a ver tu mano, mi mano,
mandarse un beso que ni la boca ve?
Como si no pasará nada,
entre tí, entre mí.-
martes, 20 de noviembre de 2007
Doble identidad
Solo mentí para saber de vos
Como un marrano, como un espía, como un partisano
Y no logré saber nada más que tu nombre deslucido
No pude entrar en tu misterio infinito ni revelar tu soledad.
Valió la pena el intento de resistencia, no esperaba más
Como un marrano, como un espía, como un partisano
Acá estoy oculto tras está frágil máscara
Donde tus ojos pueden ver.
Como un marrano, como un espía, como un partisano
Y no logré saber nada más que tu nombre deslucido
No pude entrar en tu misterio infinito ni revelar tu soledad.
Valió la pena el intento de resistencia, no esperaba más
Como un marrano, como un espía, como un partisano
Acá estoy oculto tras está frágil máscara
Donde tus ojos pueden ver.
lunes, 19 de noviembre de 2007
I want you - canción de Bob Dylan
El enterrador culpable suspira
el organillero solitario grita
los saxofones plateados dicen que debería rechazarte
las campanas agrietadas y los cuernos desvaídos
soplan con desdén en mi cara
pero esto no es así, yo no nací para perderte.
Te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
El político borracho que brinca
por las calles donde las madres gimotean
y los salvadores que están profundamente dormidos,
te esperan
y yo espero que ellos acaben
con mi beber en una copa rota
y me pidan que te abra la puerta.
Te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
Todos mis padres han sucumbido
sin conseguir el verdadero amor
pero todas sus hijas me han denigrado
porque no pienso en eso.
Vuelvo a la reina de espadas
y hablo con mi criada
ella sabe que no me asusta el mirarla
es buena conmigo
y no hay nada que ella no vea
sabe donde me gustaría estar pero no importa.
Te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
Tu niño bailarín con el traje chino
me habló, yo le quité su flauta
no, no estuve muy amable con él, ¿verdad?
Pero lo hice, pero porque mintió
porque te engañó
y porque el momento le daba la razón, y porque yo
te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
el organillero solitario grita
los saxofones plateados dicen que debería rechazarte
las campanas agrietadas y los cuernos desvaídos
soplan con desdén en mi cara
pero esto no es así, yo no nací para perderte.
Te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
El político borracho que brinca
por las calles donde las madres gimotean
y los salvadores que están profundamente dormidos,
te esperan
y yo espero que ellos acaben
con mi beber en una copa rota
y me pidan que te abra la puerta.
Te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
Todos mis padres han sucumbido
sin conseguir el verdadero amor
pero todas sus hijas me han denigrado
porque no pienso en eso.
Vuelvo a la reina de espadas
y hablo con mi criada
ella sabe que no me asusta el mirarla
es buena conmigo
y no hay nada que ella no vea
sabe donde me gustaría estar pero no importa.
Te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
Tu niño bailarín con el traje chino
me habló, yo le quité su flauta
no, no estuve muy amable con él, ¿verdad?
Pero lo hice, pero porque mintió
porque te engañó
y porque el momento le daba la razón, y porque yo
te quiero, te quiero, te quiero tanto,
cariño, te quiero.
lunes, 5 de noviembre de 2007
Himno de los Partisanos - Hirsch Glick
Fue escrito después del primer acto de sabotaje realizado por los partisanos judíos del ghetto de Vilna, contra las vías de comunicación alemanas, en 1942. Se cantaba en los encuentros del movimiento clandestino de resistencia. En las reuniones de los partisanos se acostumbraba a entonar esta canción, que así se convirtió en himno.
“No digas nunca que transitas tu final
si el día ocultan cielos de metal.
Nuestra hora tan ansiada, ha de venir
cuando redoble nuestro paso : ¡Henos aquí!”
“Desde el país de la palmera al de la nieve
es nuestro inmenso dolor el que nos mueve.
Y allí donde nuestra sangre haya caído
brotarán nuestro valor , nuestro heroísmo”.
“Se borrará el ayer con el enemigo,
la luz del alba alumbrará nuestro camino.
Pero si tarda, pasará nuestra canción
como consigna de una a otra generación".
“Con sangre y plomo la canción escrita está,
no es la de un pájaro feliz en libertad,
sino que un pueblo, entre muros derrumbados,
la cantó con las armas en las manos”.
"No digas nunca que transitas tu final...
“No digas nunca que transitas tu final
si el día ocultan cielos de metal.
Nuestra hora tan ansiada, ha de venir
cuando redoble nuestro paso : ¡Henos aquí!”
“Desde el país de la palmera al de la nieve
es nuestro inmenso dolor el que nos mueve.
Y allí donde nuestra sangre haya caído
brotarán nuestro valor , nuestro heroísmo”.
“Se borrará el ayer con el enemigo,
la luz del alba alumbrará nuestro camino.
Pero si tarda, pasará nuestra canción
como consigna de una a otra generación".
“Con sangre y plomo la canción escrita está,
no es la de un pájaro feliz en libertad,
sino que un pueblo, entre muros derrumbados,
la cantó con las armas en las manos”.
"No digas nunca que transitas tu final...
Most of the Time - Canción de Bob Dylan
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
estoy centrado,
La mayor parte del tiempo
consigo tener los pies sobre la tierra,
Puedo seguir el camino,
leer las señales,
Seguir cuando la ruta se endereza,
Puedo hacer frente a cualquier imprevisto,
Ni siquiera advierto que ella se ha ido,
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
lo entiendo todo
La mayor parte del tiempo
no lo cambiaría nada aunque pudiera,
Puedo hacer que cuadre todo,
mantenerme firme,
Apechugar con las situaciones
hasta las últimas consecuencias,
Puedo sobrevivir, puedo aguantar
Y ni siquiera pienso en ella,
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
tengo la cabeza serena,
La mayor parte del tiempo
soy lo bastante fuerte para no odiar,
No me hago ilusiones hasta volverme loco,
ni temo a la confusión por grande que sea,
puedo sonreírle a la humanidad,
Ni siquiera recuerdo cómo se sentían
sus labios sobre los míos,
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
ni siquiera la tengo presente,
No la reconocería si la viera,
Tan lejos está ella de mi,
La mayor parte del tiempo
Ni siquiera puedo estar seguro
de que alguna vez estuvo conmigo
o de que yo estuve con ella
La mayor parte del tiempo
estoy medio contento,
La mayor parte del tiempo
sé muy bien donde fue todo a parar,
No me engaño, no corro a esconderme
de los sentimientos que he enterrado en mi,
No hago concesiones, no finjo,
Ni siquiera me importa si no la vuelvo a ver,
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
estoy centrado,
La mayor parte del tiempo
consigo tener los pies sobre la tierra,
Puedo seguir el camino,
leer las señales,
Seguir cuando la ruta se endereza,
Puedo hacer frente a cualquier imprevisto,
Ni siquiera advierto que ella se ha ido,
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
lo entiendo todo
La mayor parte del tiempo
no lo cambiaría nada aunque pudiera,
Puedo hacer que cuadre todo,
mantenerme firme,
Apechugar con las situaciones
hasta las últimas consecuencias,
Puedo sobrevivir, puedo aguantar
Y ni siquiera pienso en ella,
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
tengo la cabeza serena,
La mayor parte del tiempo
soy lo bastante fuerte para no odiar,
No me hago ilusiones hasta volverme loco,
ni temo a la confusión por grande que sea,
puedo sonreírle a la humanidad,
Ni siquiera recuerdo cómo se sentían
sus labios sobre los míos,
La mayor parte del tiempo
La mayor parte del tiempo
ni siquiera la tengo presente,
No la reconocería si la viera,
Tan lejos está ella de mi,
La mayor parte del tiempo
Ni siquiera puedo estar seguro
de que alguna vez estuvo conmigo
o de que yo estuve con ella
La mayor parte del tiempo
estoy medio contento,
La mayor parte del tiempo
sé muy bien donde fue todo a parar,
No me engaño, no corro a esconderme
de los sentimientos que he enterrado en mi,
No hago concesiones, no finjo,
Ni siquiera me importa si no la vuelvo a ver,
La mayor parte del tiempo
lunes, 22 de octubre de 2007
Dibaxu - poema en sefaradí de Juan Gelman
Il batideru de mis bezus
Quero dizer: in batidero de mis bezus
Si sentirá en tu pasadu
Cum mí in tu vino
Avrindo la puarta dil tempu
Tu suenio
Dexa cayer yuvia durmida
Dámila tú yuvia
Mi quidarí quietu
In tu yuvia del suenio
Londji nil pinser
Sin spantu sin sulvidu
Ni la caza dil tempu
Sta el pasadu
Dibaxu di tu piede
Qui balia
****************
El temblor de mis labios
Quiero decir: el temblor de mis besos
Se oirá en tu pasado
Conmigo en tu vino
Abriendo la puerta del tiempo
Tu sueño
Deja caer lluvia dormida
Dame tu lluvia
Me detendré quieto
En tu lluvia de sueño
Lejos en el pensar
Sin temor sin olvido
En la casa del tiempo
Está el pasado
Debajo de tu pie
Que baila
Quero dizer: in batidero de mis bezus
Si sentirá en tu pasadu
Cum mí in tu vino
Avrindo la puarta dil tempu
Tu suenio
Dexa cayer yuvia durmida
Dámila tú yuvia
Mi quidarí quietu
In tu yuvia del suenio
Londji nil pinser
Sin spantu sin sulvidu
Ni la caza dil tempu
Sta el pasadu
Dibaxu di tu piede
Qui balia
****************
El temblor de mis labios
Quiero decir: el temblor de mis besos
Se oirá en tu pasado
Conmigo en tu vino
Abriendo la puerta del tiempo
Tu sueño
Deja caer lluvia dormida
Dame tu lluvia
Me detendré quieto
En tu lluvia de sueño
Lejos en el pensar
Sin temor sin olvido
En la casa del tiempo
Está el pasado
Debajo de tu pie
Que baila
domingo, 21 de octubre de 2007
"Una Manu Tumó l'Otra" - Música y poésia en sefaradí para bajar
Dina Rot - “Una Manu Tumó L’Ótra”
A la Memoria de Clarisse Nicoidsky (Agosto, 1938–Diciembre, 1996)
La cantante argentina Dina Rot grabó Una manu tumó l'otra, un libro-disco donde canta poemas en sefardí. El libro-disco de Dina Rot es una historia de voces amigas, según la cantante, ya que canta poemas de Juan Gelman, quien le envió hace unos años 28 poemas en ladino, y de la judeo-sefardí de origen bosnio Clarisse Nicoidsky.
Judíos con arraigo en España tuvieron que abandonar su hogar milenario debido al decreto de expulsión de los Reyes Católicos, esto con fecha del 31 de Marzo de 1492. Divididos en dos, el primer bloque decidió quedarse y convertirse forzosamente al cristianismo, el segundo, ya disperso por todo el mediterráneo conservó por generaciones además de su religión, el idioma sefardí (Por “Sefard” denominación bíblica de España), conocido también como “Ladino” ó “Judeo Español”, que no es mas que un castellano antiguo con términos incrustados en hebreo, acorde al cotidiano acontecer comunitario de toda índole.
Clarisse Nicoidsky, francesa, fue una poeta de cuño inmenso y para quien el “ladino” es el lenguaje de infancia; en él refugió el recuerdo de su madre fallecida y con convicción decidió perpetuarlo: “No sé nada de religión o cerca nada, ma quisiera que estas palabras en la lingua perdida sean para ella, mi madre, como un kadish, repetido a menudo”.
Juan Gelman, poeta argentino exiliado de origen judío mas no Sefardí y radicado en México D.F. se obsesiona con buscar el sustrato de ese castellano, sustrato a la vez del nuestro y como describiera de viva voz : “Como si la soledad extrema del exilio me empujara a buscar raíces en la lengua, las más profundas y exiliadas de la lengua. Yo tampoco me lo explico.”
Finalmente la cantante Dina Rot, amante del sentimiento literario de los antes mentados, decide, después de conocerlos y entablar amistad entrañable, rendir tributo a su obra con lo mejor que sabe hacer, “cantar”. “En mi voz vibra la de mi madre, que oficia desde su dolor, y el padre de mi madre continúa el canto que quedó muy lejos en una sinagoga en Rusia y mi padre reverencia al suyo y todos juntos ofrendamos la liturgia de un arpegio inagotable. Las convoco para cantar con ellas esta historia de voces, de caminos, de exilios y desgarros.”
Bajar el disco de aquí:
http://www.badongo.com/file/4559415
Lista de canciones:
1- Il Vestidu aburacadu. -2 - Quedati cun mi.-3 - Dizis avlas cun arvullis.-4 - Partindu di tu ladu.-5 - Sintí tu boz in mi ventana.-6 - Ondi stá la yave.-7 - La mar.-8 - Si me dexas.-9 - No stán muridus lus páxarus.-10 - Salió un gritu di tu boca.-11 - Qui lindus tus ojos.-12 - Quimedura di yelu.-13 - Mirandu il manzanu.-14 - Estu es solu para ti y para mi.-15 - Quirinsioza.-16 - Cara, boz y locura.-17 - A la manaña dil lugar.-18 - Una manu tumó l´otra
A la Memoria de Clarisse Nicoidsky (Agosto, 1938–Diciembre, 1996)
La cantante argentina Dina Rot grabó Una manu tumó l'otra, un libro-disco donde canta poemas en sefardí. El libro-disco de Dina Rot es una historia de voces amigas, según la cantante, ya que canta poemas de Juan Gelman, quien le envió hace unos años 28 poemas en ladino, y de la judeo-sefardí de origen bosnio Clarisse Nicoidsky.
Judíos con arraigo en España tuvieron que abandonar su hogar milenario debido al decreto de expulsión de los Reyes Católicos, esto con fecha del 31 de Marzo de 1492. Divididos en dos, el primer bloque decidió quedarse y convertirse forzosamente al cristianismo, el segundo, ya disperso por todo el mediterráneo conservó por generaciones además de su religión, el idioma sefardí (Por “Sefard” denominación bíblica de España), conocido también como “Ladino” ó “Judeo Español”, que no es mas que un castellano antiguo con términos incrustados en hebreo, acorde al cotidiano acontecer comunitario de toda índole.
Clarisse Nicoidsky, francesa, fue una poeta de cuño inmenso y para quien el “ladino” es el lenguaje de infancia; en él refugió el recuerdo de su madre fallecida y con convicción decidió perpetuarlo: “No sé nada de religión o cerca nada, ma quisiera que estas palabras en la lingua perdida sean para ella, mi madre, como un kadish, repetido a menudo”.
Juan Gelman, poeta argentino exiliado de origen judío mas no Sefardí y radicado en México D.F. se obsesiona con buscar el sustrato de ese castellano, sustrato a la vez del nuestro y como describiera de viva voz : “Como si la soledad extrema del exilio me empujara a buscar raíces en la lengua, las más profundas y exiliadas de la lengua. Yo tampoco me lo explico.”
Finalmente la cantante Dina Rot, amante del sentimiento literario de los antes mentados, decide, después de conocerlos y entablar amistad entrañable, rendir tributo a su obra con lo mejor que sabe hacer, “cantar”. “En mi voz vibra la de mi madre, que oficia desde su dolor, y el padre de mi madre continúa el canto que quedó muy lejos en una sinagoga en Rusia y mi padre reverencia al suyo y todos juntos ofrendamos la liturgia de un arpegio inagotable. Las convoco para cantar con ellas esta historia de voces, de caminos, de exilios y desgarros.”
Bajar el disco de aquí:
http://www.badongo.com/file/4559415
Lista de canciones:
1- Il Vestidu aburacadu. -2 - Quedati cun mi.-3 - Dizis avlas cun arvullis.-4 - Partindu di tu ladu.-5 - Sintí tu boz in mi ventana.-6 - Ondi stá la yave.-7 - La mar.-8 - Si me dexas.-9 - No stán muridus lus páxarus.-10 - Salió un gritu di tu boca.-11 - Qui lindus tus ojos.-12 - Quimedura di yelu.-13 - Mirandu il manzanu.-14 - Estu es solu para ti y para mi.-15 - Quirinsioza.-16 - Cara, boz y locura.-17 - A la manaña dil lugar.-18 - Una manu tumó l´otra
domingo, 14 de octubre de 2007
Globalizados
El cielo está en todas partes,
en algunos lados es plomizo
en otros rojo
y en otros azul como el mar.
Vivas en el norte o en el sur
en una punta o en la otra
de este a oeste,
hables otras lenguas y tengas otra cultura,
cuando miras al cielo
es el mismo q' miro yo.
Esto siempre fue así
y en estos tiempos globalizados
nos quieren hacer compartir
sólo el hambre, la crisis, la miseria
y la CNN.
Alguien nos esta tomando por boludos. Con mucho éxito
en algunos lados es plomizo
en otros rojo
y en otros azul como el mar.
Vivas en el norte o en el sur
en una punta o en la otra
de este a oeste,
hables otras lenguas y tengas otra cultura,
cuando miras al cielo
es el mismo q' miro yo.
Esto siempre fue así
y en estos tiempos globalizados
nos quieren hacer compartir
sólo el hambre, la crisis, la miseria
y la CNN.
Alguien nos esta tomando por boludos. Con mucho éxito
Cadenas Nacionales
Algún día
en otro lugar
Quizás más libre
de mis cadenas
Aún mi fé rota
y deshechos todos los pactos
Siguiendo el viento
sin pensar en nada
Y olvidarme por un instante
del presente
de los desastres sucedidos
de mis muertos
de mi sangre
sin odio y sin amor
con una sonrisa
en la boca
y una especie de dicha en el corazón.
en otro lugar
Quizás más libre
de mis cadenas
Aún mi fé rota
y deshechos todos los pactos
Siguiendo el viento
sin pensar en nada
Y olvidarme por un instante
del presente
de los desastres sucedidos
de mis muertos
de mi sangre
sin odio y sin amor
con una sonrisa
en la boca
y una especie de dicha en el corazón.
jueves, 4 de octubre de 2007
Never Any Good - canción de Leonard Cohen
no puedo dejar de escuchar esta puta canción
Nunca Muy Bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Nunca fui muy bueno en salir adelante por vos
Te vas a sentir mucho mejor
cuando me saques de tu vida y me pierdas de vista para siempre
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Estaba agonizando cuando nos encontramos
Aposté mi vida a vos
pero me llamaste y yo fuí
como sabías que yo haría
y me pediste mi as, mi rey, mi farol.
Está bien, ganaste, ya es demasiado
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Era condenadamente bueno sacando la basura
condenadamente bueno sosteniendo la pared
tratando con el fuego y el terremoto
pero eso no importa
Eso no importa
Eso no importa para nada, nada de verdad
Nunca fui muy bueno en amarte
Fui solo un tipo de turista en tu cama contemplando el panorama
pero no puedo olvidar donde han estado mis labios:
esos montes sagrados, esa valle profundo
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Era condenadamente bueno sacando la basura
Era condenadamente bueno sosteniendo la pared
Siento mis crímenes contra la luz de la luna
No creía
No creía
No creía que a la luna pudiera importarle lo más mínimo
Nunca fui muy bueno en amarte
en hacer lo que una mujer realmente quiere que haga un hombre
Te vas a sentir mucho mejor
cuando me saques de tu vida y me pierdas de vista para siempre
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Nunca Muy Bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Nunca fui muy bueno en salir adelante por vos
Te vas a sentir mucho mejor
cuando me saques de tu vida y me pierdas de vista para siempre
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Estaba agonizando cuando nos encontramos
Aposté mi vida a vos
pero me llamaste y yo fuí
como sabías que yo haría
y me pediste mi as, mi rey, mi farol.
Está bien, ganaste, ya es demasiado
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Era condenadamente bueno sacando la basura
condenadamente bueno sosteniendo la pared
tratando con el fuego y el terremoto
pero eso no importa
Eso no importa
Eso no importa para nada, nada de verdad
Nunca fui muy bueno en amarte
Fui solo un tipo de turista en tu cama contemplando el panorama
pero no puedo olvidar donde han estado mis labios:
esos montes sagrados, esa valle profundo
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
Era condenadamente bueno sacando la basura
Era condenadamente bueno sosteniendo la pared
Siento mis crímenes contra la luz de la luna
No creía
No creía
No creía que a la luna pudiera importarle lo más mínimo
Nunca fui muy bueno en amarte
en hacer lo que una mujer realmente quiere que haga un hombre
Te vas a sentir mucho mejor
cuando me saques de tu vida y me pierdas de vista para siempre
Nunca fui muy bueno
Nunca muy bueno
Nunca fui muy bueno en amarte
martes, 2 de octubre de 2007
Esto no es una broma sos el visitante 0004
CONGRATULATION!!!!!!
ERES NUESTRO VISITANTE N° 0004
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martes, 25 de septiembre de 2007
Bolú por vos
yo era un bolú común
y bastante despreokupado
pero desde ke te conocí
soy un bolú al cuadrado
yo kería regalarte una estrella
vos kerías un diamante engarzado
y yo como un buen bolú
ya te lo he comprado
tus besos saben a fresa
te veo en cualkier sombra a mi lado
cuando cruzo la calle me gritan
flor de bolú!! tené cuidado!!
y bastante despreokupado
pero desde ke te conocí
soy un bolú al cuadrado
yo kería regalarte una estrella
vos kerías un diamante engarzado
y yo como un buen bolú
ya te lo he comprado
tus besos saben a fresa
te veo en cualkier sombra a mi lado
cuando cruzo la calle me gritan
flor de bolú!! tené cuidado!!
domingo, 23 de septiembre de 2007
12.000 Kilómetros
La noche avanza y tu imagen crece
despojada de toda realidad
te imagino
Rosa
en el espacio atemporal
de los caminos de mi mente
Las certezas del corazón
me han sentenciado: cobarde
Tan lejos y tan cerca,
a una cuadra y media
de distancia
y a docemil kilómetros de akí.-
Pedimos signos para creer:
la flecha disparada
y el arco roto,
yo digo destino
lo q’ tenga q’ ser
Tu sistema no me gusta
pero vos sí
La primavera se demora
y aunque mis soldados se rindieron
mi capitulación no fue firmada.-
despojada de toda realidad
te imagino
Rosa
en el espacio atemporal
de los caminos de mi mente
Las certezas del corazón
me han sentenciado: cobarde
Tan lejos y tan cerca,
a una cuadra y media
de distancia
y a docemil kilómetros de akí.-
Pedimos signos para creer:
la flecha disparada
y el arco roto,
yo digo destino
lo q’ tenga q’ ser
Tu sistema no me gusta
pero vos sí
La primavera se demora
y aunque mis soldados se rindieron
mi capitulación no fue firmada.-
sábado, 22 de septiembre de 2007
Teledirigido
Como decirte q’ soy tuyo
Sin rebajarme
Como decirte q’ me volviste loko
Sin injuriarte
Aka me tenés
Sólo tenés ke estirar los dedos
Sin rebajarme
Como decirte q’ me volviste loko
Sin injuriarte
Aka me tenés
Sólo tenés ke estirar los dedos
viernes, 14 de septiembre de 2007
Sanar - La Vela Puerca
Salí despacio cuidando de no estropear la jornada
que mi cabeza ahora pide volver
y ya no lastimar..
Hoy me convenzo de que estoy bien
y mañana resbalo..
no sé porqué ahora respiro al revés
y no me puedo hablar..
Lo que entiendo es que mi canción ya no me quiere sanar
¿Será que a algunos les cae bien y a mi no me deja entrar?
Hoy no consigo dormir..
y así despierto me duele todo
ahora me tengo que ir...
Me faltan brazos para torcer hoy no llego a abrazarme
mi lado oscuro vuelve a arremeter
y no me deja en paz..
De a poco voy saludándome y la espina se ablanda
igual me tranco y quedo sin saber
para dónde volar..
Lo que entiendo es que mi canción ya no me quiere sanar
¿Será que a algunos les cae bien y a mi no me deja entrar?
alguien me invito a vivir..
pero igualmente me sentí solo
¿Adónde iré a resurgir?
Y lo que entiendo es que mi canción ya no me quiere sanar
¿Será que a algunos les cae bien y a mi no me deja entrar?
Hoy le pedí por favor..
que esté conmigo y no se me esconda
porque perdí mi motor..
que mi cabeza ahora pide volver
y ya no lastimar..
Hoy me convenzo de que estoy bien
y mañana resbalo..
no sé porqué ahora respiro al revés
y no me puedo hablar..
Lo que entiendo es que mi canción ya no me quiere sanar
¿Será que a algunos les cae bien y a mi no me deja entrar?
Hoy no consigo dormir..
y así despierto me duele todo
ahora me tengo que ir...
Me faltan brazos para torcer hoy no llego a abrazarme
mi lado oscuro vuelve a arremeter
y no me deja en paz..
De a poco voy saludándome y la espina se ablanda
igual me tranco y quedo sin saber
para dónde volar..
Lo que entiendo es que mi canción ya no me quiere sanar
¿Será que a algunos les cae bien y a mi no me deja entrar?
alguien me invito a vivir..
pero igualmente me sentí solo
¿Adónde iré a resurgir?
Y lo que entiendo es que mi canción ya no me quiere sanar
¿Será que a algunos les cae bien y a mi no me deja entrar?
Hoy le pedí por favor..
que esté conmigo y no se me esconda
porque perdí mi motor..
viernes, 7 de septiembre de 2007
Corazón Roto
Si fuí alguna vez feliz,
Ni me enteré
Y si tuve la oportunidad de tocar el cielo
No lo busqué.
Todo lo q’ tomé lo tuve q’ devolver
Y si hice mal,
No pensé q’ podía.
Esperando al mesías
Pasan los días
Si viene bien
Y si no
No es culpa mía.
Pero cuando duermo
Y me visita algún ángel,
Quiero q’ seas vos,
Corazón roto,
Amada mía.
Ni me enteré
Y si tuve la oportunidad de tocar el cielo
No lo busqué.
Todo lo q’ tomé lo tuve q’ devolver
Y si hice mal,
No pensé q’ podía.
Esperando al mesías
Pasan los días
Si viene bien
Y si no
No es culpa mía.
Pero cuando duermo
Y me visita algún ángel,
Quiero q’ seas vos,
Corazón roto,
Amada mía.
domingo, 2 de septiembre de 2007
1964 - Jorge Luis Borges
(parece que fue un mal año...)
1.964
I.-
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines:
Ya no hay una luna
que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor.
Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde ( repites vanamente )
sino lo que no tiene y no ha tenido nunca,
pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
II.-
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar.
La vida es corta
y aunque las horas son tan largas,
una oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor.
La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
1.964
I.-
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines:
Ya no hay una luna
que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor.
Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde ( repites vanamente )
sino lo que no tiene y no ha tenido nunca,
pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
II.-
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar.
La vida es corta
y aunque las horas son tan largas,
una oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor.
La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Ladino - Arvoles yoran por luvyas
El judeoespañol o ladino es el castellano que se hablaba en el siglo XV y que fue conservado por los judios españoles obligados a huir de España por los reyes católicos en 1492. Ante la persecusión y la intolerancia los judeoespañoles o sefarditas se establecieron en países árabes, en el imperio otomano, en Grecia, Yugoslavia y en menor medida en Bélgica y Francia. Dentro de su comunidad mantenian el ladino como lengua materna a través de generaciones y así llega hasta hoy. El ladino, curiosamente, se asemeja al lenguaje utilizado en los mensajes de chat al emplear mayoritariamente la “k” en vez de la “q” e ignorar la “h”.
A continuación se trascribe una canción lírica (cantiga) que fue utilizada casi como un himno por los deportados sefardíes en los campos de concentración, “Arvoles yoran por luvyas”
Arvoles yoran por luvyas
I muntanyas por ayres
Ansi yoran los mis ojos
Por ti, kerida amante
Torno i digo: ke va ser de mi?
En tierras ajenas yo me vo murir
Enfrente de mi ay un andjelo
Kon sus ojos me mira
Yorar kero i no puedo
Mi korason suspira
Torno i digo: ke va ser de mi?
En tierras ajenas yo me vo murir
(Traducción: los árboles lloran por la lluvia/y las montañas por los aires/ así lloran mis ojos por ti, querida amada/ vuelvo y me digo: ¿qué va a ser de mí?/ en tierras ajenas me voy a morir/ enfrente de mi hay un ángel/ con sus ojos me mira/quiero llorar y no puedo/mi corazón suspira/vuelvo y me digo: ¿qué va a ser de mi?/ en tierras ajenas me voy a morir).
A continuación se trascribe una canción lírica (cantiga) que fue utilizada casi como un himno por los deportados sefardíes en los campos de concentración, “Arvoles yoran por luvyas”
Arvoles yoran por luvyas
I muntanyas por ayres
Ansi yoran los mis ojos
Por ti, kerida amante
Torno i digo: ke va ser de mi?
En tierras ajenas yo me vo murir
Enfrente de mi ay un andjelo
Kon sus ojos me mira
Yorar kero i no puedo
Mi korason suspira
Torno i digo: ke va ser de mi?
En tierras ajenas yo me vo murir
(Traducción: los árboles lloran por la lluvia/y las montañas por los aires/ así lloran mis ojos por ti, querida amada/ vuelvo y me digo: ¿qué va a ser de mí?/ en tierras ajenas me voy a morir/ enfrente de mi hay un ángel/ con sus ojos me mira/quiero llorar y no puedo/mi corazón suspira/vuelvo y me digo: ¿qué va a ser de mi?/ en tierras ajenas me voy a morir).
martes, 21 de agosto de 2007
Ironía y melancolía: Joaquín Sabina
Más de cien mentiras
Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.
Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.
Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.
Tenemos el sexo y el rock y la droga
los pies en el barro y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un bisnes pendiente con Pedro Botero.
Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.
Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.
Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre de primavera.
Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
que importa, lo siento, hasta siempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
verónica y cuarto de Curro Romero.
Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.
Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.
Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes sin nombre ni ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.
Tenemos caprichos, muñecas hinflables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobre exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.
Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.
Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.
Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas
más de cien pupilas donde vernos vivos
más de cien mentiras que valen la pena.
Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.
Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.
Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.
Tenemos el sexo y el rock y la droga
los pies en el barro y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un bisnes pendiente con Pedro Botero.
Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.
Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.
Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre de primavera.
Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
que importa, lo siento, hasta siempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
verónica y cuarto de Curro Romero.
Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.
Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.
Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes sin nombre ni ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.
Tenemos caprichos, muñecas hinflables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobre exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.
Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.
Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.
Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas
más de cien pupilas donde vernos vivos
más de cien mentiras que valen la pena.
Tango, lunfardo, ironía y desilución: Enrique Santos Discépolo
Tres Esperanzas
No doy un paso más,
alma otaria que hay en mí,
me siento destrozao,
¡murámonos aquí!
Pa' qué seguir así,
padeciendo a lo fakir,
si el mundo sigue igual...
si el sol vuelve a salir...
La gente me ha engañao
desde el día en que nací.
Los hombres se han burlao,
la vieja la perdí...
No ves que estoy en yanta,
y bandeao por ser un gil...
Cachá el bufoso...y chau... ¡vamo a dormir!
Tres esperanzas
tuve en mi vida,
dos eran blancas
y una punzó...
Una mi madre,
vieja y vencida,
otra la gente,
y otra un amor.
Tres esperanzas
tuve en mi vida
dos me engañaron,
y una murió...
No tengo ni rencor,
ni veneno, ni maldad
Son ganas de olvidar,
¡terror al porvenir!
Me he vuelto pa' mirar
y el pasao me ha hecho reír...
¡Las cosas que he soñao,
me cache en dié, qué gil!
Plantate aquí nomás,
alma otaria que hay en mí.
Con tres pa' qué pedir,
más vale no jugar...
Si a un paso del adiós
no hay un beso para mí
cachá el bufoso...
y chau...¡vamo a dormir!
para escuchar el tango pincha este enlace
http://www.todotango.com/Spanish/biblioteca/letras/letra.asp?idletra=478#
No doy un paso más,
alma otaria que hay en mí,
me siento destrozao,
¡murámonos aquí!
Pa' qué seguir así,
padeciendo a lo fakir,
si el mundo sigue igual...
si el sol vuelve a salir...
La gente me ha engañao
desde el día en que nací.
Los hombres se han burlao,
la vieja la perdí...
No ves que estoy en yanta,
y bandeao por ser un gil...
Cachá el bufoso...y chau... ¡vamo a dormir!
Tres esperanzas
tuve en mi vida,
dos eran blancas
y una punzó...
Una mi madre,
vieja y vencida,
otra la gente,
y otra un amor.
Tres esperanzas
tuve en mi vida
dos me engañaron,
y una murió...
No tengo ni rencor,
ni veneno, ni maldad
Son ganas de olvidar,
¡terror al porvenir!
Me he vuelto pa' mirar
y el pasao me ha hecho reír...
¡Las cosas que he soñao,
me cache en dié, qué gil!
Plantate aquí nomás,
alma otaria que hay en mí.
Con tres pa' qué pedir,
más vale no jugar...
Si a un paso del adiós
no hay un beso para mí
cachá el bufoso...
y chau...¡vamo a dormir!
para escuchar el tango pincha este enlace
http://www.todotango.com/Spanish/biblioteca/letras/letra.asp?idletra=478#
domingo, 22 de julio de 2007
El Mago (Internamente) - Lou Reed
Mago, mago llevame en tus alas
y... aleja suavemente las nubes
Lo siento, siento tanto no tener conjuros,
sólo palabras para desvanecerme
Quiero un poco de magia para desvanecerme
Quiero un poco de magia para desvanecerme
Quiero contar hasta cinco
Darme vuelta y encontrarme con que no estoy
Volar entre la tormenta
Y despertarme en la calma
Liberame de este cuerpo
De este bulto que se mueve en mi interior
permitíme abandonar este cuerpo muy lejos
Estoy harto de mirarme
Odio este cuerpo doliente
Que la enfermedad lentamente ha desgastado.
Mago llevate mi espíritu
Por dentro soy joven y vital
Por dentro estoy vivo, por favor llevame
Tanto que hacer - es demasiado pronto
Para que mi vida se termine
para que este cuerpo se pudra sin más.
Quiero alguna magia para seguir viviendo
Quiero un milagro... no quiero morir
Tengo miedo de dormirme y no volver a despertar
Y no volver a existir
Cerrar los ojos, desaparecer
y disolverme en la bruma.
Que alguien me escuche por favor
No puedo sostener una taza de cafe en la mano
Mis dedos están débiles, las cosas se me caen.
Por dentro soy joven y hermoso
Queda demasiado por hacer
me quitan hasta el aliento.
Doctor, usted,no es un mago - y yo no soy creyente
Necesito más de lo que la fe puede darme
Necesito creer en milagros - no sólo en números
Necesito magia que me lleve.
Necesito magia que me arrebate
Que me visite en esta noche estrellada
Que reemplace las estrellas, la luna, la luz - el sol se fue
hazme volar en la tormenta
Y despertarme en la calma.
Vuelo entre la tormenta
Y... me... despierto... en... la... calma.
y... aleja suavemente las nubes
Lo siento, siento tanto no tener conjuros,
sólo palabras para desvanecerme
Quiero un poco de magia para desvanecerme
Quiero un poco de magia para desvanecerme
Quiero contar hasta cinco
Darme vuelta y encontrarme con que no estoy
Volar entre la tormenta
Y despertarme en la calma
Liberame de este cuerpo
De este bulto que se mueve en mi interior
permitíme abandonar este cuerpo muy lejos
Estoy harto de mirarme
Odio este cuerpo doliente
Que la enfermedad lentamente ha desgastado.
Mago llevate mi espíritu
Por dentro soy joven y vital
Por dentro estoy vivo, por favor llevame
Tanto que hacer - es demasiado pronto
Para que mi vida se termine
para que este cuerpo se pudra sin más.
Quiero alguna magia para seguir viviendo
Quiero un milagro... no quiero morir
Tengo miedo de dormirme y no volver a despertar
Y no volver a existir
Cerrar los ojos, desaparecer
y disolverme en la bruma.
Que alguien me escuche por favor
No puedo sostener una taza de cafe en la mano
Mis dedos están débiles, las cosas se me caen.
Por dentro soy joven y hermoso
Queda demasiado por hacer
me quitan hasta el aliento.
Doctor, usted,no es un mago - y yo no soy creyente
Necesito más de lo que la fe puede darme
Necesito creer en milagros - no sólo en números
Necesito magia que me lleve.
Necesito magia que me arrebate
Que me visite en esta noche estrellada
Que reemplace las estrellas, la luna, la luz - el sol se fue
hazme volar en la tormenta
Y despertarme en la calma.
Vuelo entre la tormenta
Y... me... despierto... en... la... calma.
viernes, 20 de julio de 2007
Uno Nunca Sabe - Roberto Fontanarrosa (sí, nos hiciste cagar de risa, gracias maestro)
Lo primero que le preguntó Mario apenas el Mochila se sentó, fue "¿La conoces a esa mina?".
-- ¿Cuál?
-- La que saludastes recién.
Mochila giró apenas la cabeza hacia atrás.
-- ¿La flaca?
-- Sí.
-- Sí, la conozco. Es amiga de mi jermu.
-- Me emputece esa mina --dijo Mario en voz baja.
-- ¿Mi jermu?
-- No, boludo. La Flaca, la que saludastes.
-- Ah... ¡Mirá qué boludo que sos vos! A todo el mundo lo enloquece la Flaca. ¡Qué te parece!
-- ¿Qué? --se alarmó Mario--. ¿Vos también estás jugado en ese palo? ¿Te anotás ahí también?
-- No. Yo no. ¿No te digo que es amiga de mi jermu? Estudiaban juntas en la Cultural. Tendría que ser muy loco para tirarme en esa. Pero... te digo...
-- Que ganas no te faltan.
-- Ganas no me faltan....
Se quedaron en silencio. Mochila controlando las otras mesas, viendo quién había. Mario tocándose cuidadosamente los dientes de adelante con la uña del dedo pulgar de la mano derecha.
-- Me tiene loco esa mina --repitió, como para sí mismo. Como si el tema fuese demasiado íntimo como para compartirlo y debatirlo en una mesa de cafe. Y asustado, quizá, por haber ido tan lejos.
-- Está buena la Flaca --dijo Mochila, que la tenía sentada a sus espaldas--. Y es una mina piola te cuento... Piola, inteligente. Anda suelta, además...
-- Medio histérica debe ser...
-- Sí. Eso sí... Lógico... --Mochila seguía sin meterse demasiado en la conversación, en tanto pasaba lista a los presentes-- ¡Bah! --se animó de pronto, ya terminado el control--. Como todas. -- Esa jeta que tiene... --medio por sobre el hombro de Mochila, Mario la espiaba--. Los ojos...
-- Y encarala, boludo... ¿qué esperas? --lo animó Mochila, cruzándose de piernas, acomodándose en la silla para quedar de espaldas a la calle Santa Fe, mirando al mostrador. Mario hizo un gesto vago con la cabeza, negativo.
-- Está sola, boludo --apretó Mochila--. Andá... Si te quedas esperando, por ahí aparece algun vago, o alguna amiga, y se sienta con ella y cagaste.
Mario se encogió de hombros, mirando ahora hacia afuera, como desentendiéndose del problema. -- ¿No lo viste al Sobo? -preguntó, cambiando de tema.
Mochila negó con la cabeza--. Este boludo... --musitó Mario--. Le tengo que pedir un certificado y justo hoy no aparece.
-- Oíme --Mochila se incorporó, clavándole la vista--. Andá y sentate con ella, no seas otario... No te va a patear...
-- No la conozco --frunció la nariz, Mario.
-- ¿Y eso qué tiene que ver? ¿Cómo que no la conocés? Te conoce de acá, pelotudo. Si acá nos junamos todos. No le sabrás el nombre pero la...
-- ¿Cómo se llama?
Mochila frunció el ceño. -- Ehhh... --pensó--. Marina, Marta, María... No sé, no sé... Siempre la conocí por la Flaca.
-- Marta, Marta se llama --dijo Mario, que ya se había informado.
-- Escuchame Mario... --Mochila se inclinó sobre la mesa para darle privacidad a la propuesta--. Te la presento... Voy, me siento en la mesa de ella y te la presento...
Mario se tiró hacia atrás y agitó las manos y la cabeza, casi escandalizado.
-- ¡No! No, dejá. Ya está. Ya pasó. Ya fué.
-- No me cuesta nada, boludo.
-- Dejá, Mochila, dejá. Está bien.
Mochila se encogió de hombros. -- Jodete --dijo. Y buscó a Moreyra con la vista--. ¡Negro! --gritó--. ¿Estás vos acá?
-- Además... --Mario, pese a todo, no quería desprenderse totalmente del tema y sabía que el lapso de privacidad con el Mochila podía ser corto--. No da bola, Mochi. No da bola.
Mochila casi se enojó. -- ¿Y cómo sabes que no da bola si nunca la encaraste?
-- Porque uno se da cuenta, Mochila. ¿Sabés cuanto hace que la vengo mirando a esa mina? ¿Sabés cuanto hace? Dos años. Debe hacer como dos años...
-- ¿Y?
-- ¡Nada! Nada de nada. Una mina si te quiere dar bola se manda alguna señal, eso es sabido. Te mira una vez, aunque sea. Te mantiene un poco la mirada. O te sonríe. Te tira un cable.
-- No te engañes, no te engañes... Mirá que...
-- Sí... "La vida te da sorpresas".
-- La vida te da sorpresas...
-- Sí, pero acá es muy claro --se desalentó Mario--. ¿Viste que hay... cómo decirte... hay un lapso de duración en una mirada, en un cruce de miradas? Y después hay un plus, que es un milésimo... un milésimo de segundo... un ápice... un cícero... una infinitésima milésima de segundo en que se prolonga esa mirada más de lo normal... Es cuando una mina te mira y vos tenes un sensómetro, un sismógrafo, que registra que esa mirada ha durado esa milésima de segundo mas allá de lo necesario, y es lo que te está diciendo a las claras que esa no es una mirada común, que esa mirada está pidiendo otro cruce de comprobación, que te está diciendo algo...
--Mochila afirmaba con la cabeza, algo fastidiado--.
Bueno... --no se amilanó Mario--. Esa fracción supletoria de mirada debería tener un nombre. Porque es una medida patron... Es un exceso de intensidad... Debería haber algo como el "miradómetro"... Una unidad de vision, de calentura...
-- Bueno, bueno... Cortala... Dejá de hablar pelotudeces... --rogó Mochila--. ¿Y qué pasa? ¿Con esta mina no se dió nunca?
-- En la puta vida de Dios.
-- Ni te miró...
-- Ni me miró ni... --Mario había sacado un encendedor y golpeteaba con él sobre el nerolite buscando la descripción mas gráfica--. O me mira y no me ve. Esa es la cosa. Por ahí me mira, pero lo que hace es solamente dirigir su vista hacia mí. Pero la sensación que yo tengo es como que yo fuera transparente. Que mira a traves mío. Que mira lo que está detrás mío. Digamos, que la profundidad de campo de la cámara de ella está situada seis metros detrás mío... Esa es la sensación que tengo...
Mochila se rascó la cabeza. -- ¡Mirá que sos antiguo! --dijo.
-- ¿Por qué? --se ofuscó Mario.
-- Andar fijándote en eso de las miradas y esas cosas... Eso es del tiempo en que los pedos se tiraban con gomera.
-- ¿Y qué querés que haga? ¿Que vaya y le toque el culo?
-- No, boludo. No te digo eso...
-- ¿Cómo carajo hacés vos?
-- ¿Cómo hago? ¿Cómo hago yo? ¡Voy y me siento con ella! Eso hago. Mirá que difícil. Y le empiezo a hablar de cualquier cosa... No podés entrar en la histeria de las minas, querido... Que te miro, que no te miro, que la profundidad de campo y todas esas pelotudeces...
-- Es que... --Mario apoyó el mentón sobre sus manos cruzadas y vaciló. Por momentos lo asaltaba la idea de que no era un tema para hacer publico--. ¿Sabes qué pasa?... ¿Vos te acordás de "El Eternauta"?
-- Sí, me acuerdo... Lo que no me acuerdo es quién trabajaba...
-- ¿Cómo?
-- ¿Quién trabajaba?
-- No, boludo. No era una película. Era una historieta.
-- Ah, sí... "El Eternauta". Algo me acuerdo...
-- Esa que caía una nevada en Buenos Aires, una nevada radioactiva y morían todos...
-- Algo. Algo me acuerdo --mintió el Mochila.
-- Bueno, en "El Eternauta", aparecían unos tipos de otro planeta, que se llamaban los "Manos", que tenían...
-- Mejicanos. "Manito", se decían...
-- No, gil. No seas hijo de puta. -
- Ah, no. Esa era "Cisco Kid".
-- No te acordás de un sorete. Los Manos, que tenían una mano derecha llena de dedos...
-- Como cualquiera --Mochila mostró su mano.
-- No, muchos mas. Como hasta acá --Mario tiró una línea imaginaria desde la punta de sus propios dedos hasta el codo--. Bueno, esos tipos dirigián a varias especies de bichos extraterrestres que invadían la Tierra. Pero ellos, a su vez, estaban controlados por otra especie superior. Entonces. estos "Manos", que eran igual que nosotros salvo por esos dedos, tenían insertada en el cuerpo una glándula, una glándula que le llamaban "Glándula del Terror" y que les habían insertado esos cosos que los dirigían a ellos. Y... ¿para qué les habían insertado esa glándula? Porque los Manos, igual que los humanos, al sentir temor segregaban una especie de adrenalina y ésta, a su vez, activaba la glándula. Y entonces la glándula dejaba escapar un veneno y el veneno los mataba en minutos, nomás. ¿Me entendés? Si ellos se intentaban rebelar contra la especie superior, sentían miedo y, ahí nomás, cagaban la fruta. Linda idea, ¿no? Porque, además, había otra cosa, fijate. Algunos de ellos habían intentado operarse para sacarse de allí esa glándula pero, al operarse, sentían miedo, y de nuevo la misma cosa, activaban la glándula, ésta largaba el veneno, etc., etc., etc... Era ingenioso, ¿no? Piola como idea. De... ¿cómo se llamaba?... Oesterheld.
Mochila se lo quedó mirando un instante, con expresión confundida. -- Y.... ¿Qué queres decir con todo esto? --preguntó--. ¿Ahora me vas a salir con que vos tenés una de esas glándulas? ¿Me vas a pedir guita para operarte?
-- No. No. No --Mario pegó con la punta de su dedo índice sobre la mesa--. Yo tengo una glándula pero de la pelotudez. Ese es el asunto. Una glándula de la pelotudez. Cuando a mí una mina me gusta mucho, como ésta, Marta... me pongo pelotudo. El mismo hecho de que la mina me guste mucho, me paraliza. Me pone tan nervioso que me pongo hecho un pelotudo, no sé lo que digo, hago boludeces... La glándula segrega algo que me idiotiza. Después pienso en las cosas que he dicho, o en las que debería haberle dicho y me quiero morir. Las minas deben pensar que uno es un retardado total. Y es precisamente porque me gustan demasiado. Es increíble. Con las minas que no me gustan no me pasa nada. Ahí soy un duque, soy Dean Martin. Jodo, soy ocurrente, hasta puedo ser brillante. Al pedo. Porque a quien yo quiero gustar no es a los escrachos.
-- Mario... Mario... --Mochila trató de ser comprensivo--. Yo sé que esto pasa... Pero te puede pasar al principio, la primera hora, la primera...
-- Década.
-- No seas pelotudo. Si vos...
-- Si yo me quedo solo con esta mina te juro que no me sale una palabra. La glándula me...
-- Anda a la concha de tu madre vos y la glándula...
Se quedaron en silencio. Mochila miraba sin ver hacia la caja registradora, pegaba repetidas veces con la suela del pie derecho sobre el piso, fastidiado. -- ¿Sabes qué le dijeron a Pelé cuando debutó en Suecia? --preguntó de pronto. Mario negó con la cabeza, algo desacomodado.
-- "Andate al medio campo y tocala corta." Eso le dijeron --agregó el Mochila.
Mario entrecerró un poco los ojos, como buscando la metáfora--. O sea. Hasta que se te pasen los nervios, no tratés de deslumbrar, no tratés de ser brillante, no tratés de meter el pase de gol...
-- Pero él era negro, Mochila...
-- Es negro.
-- ¡Es que ni siquiera pretendo ser brillante! Me bastaría con no ser tan imbécil...
-- Tocá corto.
-- Una teta le voy a tocar... --musitó Mario--. Además... además, Mochila, comprendeme --se irguió de pronto como para seguir hablando pero calló, prudente. El Pochi había entrado por la puerta de Santa Fe y Sarmiento, pero se quedó enganchado en la mesa de los fotógrafos.
Mario retomó el tema--. Yo creo que las cosas se tienen que dar naturalmente. Vos vistes como es este boliche. Vos, por ejemplo, no conocés a alguien. Pero, de pronto, por ahí, mañana, estás sentado en la misma mesa con él. ¿Por qué? Porque te llama un amigo común. Porque viene a tu mesa a charlar con un amigo tuyo. Porque está en un grupo donde vos te acercás a preguntar algo. Es así... Entonces eso es mas natural, menos forzado. Yo me sentiría mucho más cómodo si se diera algo así con esta mina...
-- Oíme Mario... Oíme... --Moreyra había pasado como una ráfaga, dejando un cortado sobrante, al tanteo, enfrente de Mochila--. Cuanto...
-- Porque... ¿viste como es este boliche? --arremetió Mario--. Yo creo que el secreto de este boliche está en la proximidad de las mesas. Están muy juntas. Ahí radica el éxito de este boliche. Vos estás sentado en esta mesa y casi casi estás escuchando la charla de los de la mesa de atrás. Y se tocan las sillas, incluso --Mario se tiró hacia atrás sobre el respaldo y sonrió, ejemplificando---Vos estás en una mesa y por ahí girás un poquito y ya te integras a la de al lado...
-- Un conventillo.
-- Un conventillo. Un día... --Mario se lanzó de golpe con el torso hacia adelante, confidente
--. Un día yo estaba sentado en una mesa, y atrás, acá mismo, atrás, estaba la Flaca con unas amigas --bajó la voz--. Si yo me inclinaba para atrás la tocaba, con los hombros, o con la cabeza. La tocaba...
-- Mario... --insistió Mochila con los ojos entrecerrados--. ¿Cuanto hace que decís que la venís marcando a esta mina?
-- ¿A la flaca? Y... desde que la descubrí... Cuando era novia del barba... No sé. Un año... Un año y medio...
-- Cuando era novia del barba... Vos te referís al Tito, al Tito Aramayo.... Bueno, te cuento, eso fue hace más de tres años, porque hace más de tres años que el Tito está en Porto Alegre. Casi cuatro años hace, por lo menos.
-- Y... sí...
-- Y en esos cuatro años.. --Mochila enarcó las cejas y cerró su mano derecha como si empuñara un cuchillo, señalando a Mario--. Escuchame bien, en esos cuatro años, esa situación que vos decís, que vos estás esperando, no se ha dado nunca. Nunca hubo un amigo sentado en la mesa con ella, ni ningún amigo te la trajo a la mesa con vos, ni se dió vuelta para pedirte fuego, ni estaba en un grupo donde vos podías haberte integrado... Nada...
-- Nada... es verdad... Nada.
-- ¿Y hasta cuando vas a esperar, Marito? --hirió de nuevo, Mochila--. Vas a ser un viejo choto y vas a venir acá con un bastón, con boina, con una cánula de suero puesta, para ver si alguna vez se da la puta casualidad de que te podés sentar con esa mina...
-- Y... --se encogió de hombros, Mario.
-- Oíme --Mochila giró la cabeza y pegó una rápida mirada hacia la mesa de la Flaca que, sola, estaba anotando cosas en una agenda--. Mirá, está sola. Al pedo. Voy, me siento con ella, hablo con ella y después te llamo...
Mario se secó la transpiración de la nariz, meneó la cabeza, pareció atacarlo la desesperación y estar a punto de ponerse a llorar.
-- No, Mochila... No...
-- Yo puedo hacerlo, pelotudo --se enojó el Mochila--. Te digo que soy amigo de ella. Lo he hecho un montón de veces. No va a quedar como algo forzado o...
-- No, Mochila... Está llena de machos esa mina...
-- ¿Cuando? ¡Ahora está sola, pelotudo!
-- Ahora no. Pero... ¿Vos te creés que no la veo? La miro constantemente, te digo. Todos los días con un macho nuevo. Pendejos...
-- Mejor para vos, mejor para vos. Si anda todos los días con un macho nuevo es que no anda con ninguno. Aparte, no te engañés, Mario. No te engañés. Yo conocía una mina que estaba buenísima. No podía ni caminar de buena que estaba. Lindísima, además. Y esta mina, me decía --hará un par de meses nomás, está casada ahora, tiene como cuatro hijos-- me decía que cuando ella era joven, había fines de semana que se quedaba en casa como una boluda porque nadie la llamaba para salir. Los tipos la veían tan linda, tan rebuena estaba esa hija de puta, que todos pensaban lo mismo, eso que vos pensás también, que estaba llena de machos. Que la llamaban de todas partes del país para invitarla a salir, que Rainiero de Mónaco le ponía un télex para salir de joda. Entonces, no la llamaban. Y la pobre santa se quedaba como una boluda los sábados a la noche viendo televisión con una tía rechota que tenía...
-- Este no es el caso... Este no es el caso... --negó Mario.
Mochila volvió a darse vuelta, mirando sin discreción alguna hacia la mesa de la Flaca.
-- Está sola, boludo. Está haciendo tiempo. Aprovechá ahora --volvió a su postura anterior restregándose la cara con una mano, casi con desesperación--. Decí que yo no puedo...Pero... -- Además... Además... --buscó las palabras Mario--. No se puede. Yo no puedo ir y encararla así a esta mina, en frío... Hay convenciones. Hay convenciones que se juegan entre un hombre y una mujer y que hay que respetar.
Mochila lo miraba con una expresión cada vez mas atormentada.
-- Sí, claro --dijo Mario--. Vos sabés, y ella sabe, y vos sabés que ella sabe que vos sabés, que si vas y la invitás a una mina a tomar un café, en realidad lo que le estás proponiendo es ir a cojer.
-- No es tan así.
-- Esa es la verdad. Esa es la realidad de las cosas. La verdad de la milanesa. Pero vos no podés ir, acercarte a la mesa y decirle "¿Vamos a cojer?". Porque aunque encierre el mismo significado, no es lo mismo. Para una mina no es lo mismo y tiene todo el derecho del mundo de mandarte a la reputísima madre que te parió, Mochila, es la verdad. Puede decirte "¿Usted por quién me ha tomado?" y hacerse la ofendida y tiene toda la razón. Hay que guardar ciertas normas de urbanidad. Vos dirás que es un hipocresía y todo eso, pero...
-- Yo no digo que sea una hipocresía --expiró Mochila, agotado.
-- ... vos tenés que dejarle una puerta abierta a la mina. No podes encerrarla, no podes dejarla sin opciones. Fijate vos, cuando yo anduve con la Zulema... --se entusiasmó Mario--. Hay minas con las que vos tenés ya todo conversado, todo claro, y no hay más que hablar. Cuando le decís de salir, te tomás un tacho y te vas al mueble derecho viejo, porque sabés que la mina no se va a descolgar con "¿Pero... adonde vamos? ¿Adonde me llevas?". -- "¿Qué son esas luces rojas?" -- "¿Qué son esas luces rojas?" ¡Nada de eso! Pero, por ejemplo, con Zulema, yo me las rebusqué para que me prestaran un departamento. Entonces fuimos a cenar, hablamos un rato y despues yo le pude decir "¿Querés venir a mi departamento a tomar algo?", con lo que le estás dando a la mina la opción de ir al departamento y después, si no le gusta la mano, negarse. No sé... decir... "Se me hizo tarde" o... "Vos me interpretastes mal"...
-- Oíme... Vos sos una antigualla... Si la mina acepta ir a tu departamento es porque le gusta la mano y ya sabe como viene la cosa... No son tan boludas, Mario... ¿O te crees que somos nosotros los que atracamos?
-- De acuerdo, de acuerdo --se apuró Mario--. Pero vos le estás dando la opción con el departamento. Si vos le tenés que decir "¿Vamos a un mueble?" ¿Qué opción tiene la mina? Vos le estás diciendo "vamos a cojer", lisa y llanamente. No le das salida.
-- Si vos le decís "Vamos al departamento" también le estás diciendo "Vamos a cojer", querido. ¿O con quién estás saliendo? ¿Con Heidi?
-- Ya sé... Ya sé... --Mario se mordió los labios, transpirando--. Pero no es lo mismo. Es una cuestión de elegancia. Si vos invitás a una mina a un hotel, estás dando por sentado que vos no tenías ninguna duda de que a esa mina te la ibas a pirobar, que era fácil, que era una fija. Es una cuestión de... dignidad, digamos...
Mochila meneaba la cabeza, negando.
-- Sos una antigualla --suspiró--. Un relicario...
-- Es difícil de explicar --insistió Mario--. Es como si vos vas a un bodegón y el mozo ve que vos tenés tal pinta de pordiosero que viene y, sin preguntarte nada, te pone en la mesa un pingüino de vino tinto de la casa. ¿Qué te queda por hacer en ese momento? Levantarte e irte, querido. Ese mozo te está ofendiendo. Porque aunque vos seas un pordiosero y se vea a la legua que no te podes bancar ni por puta un vino más o menos pasable, el tipo tiene la obligación moral de alcanzarte la lista de vinos y preguntarte "¿El señor tiene alguna preferencia? ¿Desea algún vino gran reserva?". Entonces ahí sí, vos podés devolverle la lista y decirle, tranquilo "No, muchas gracias. Tráigame un pingüino con tinto de la casa" porque la verdad es que no tenés ni un mango partido por la mitad para elegir otra cosa... ¡Porque es un problema de dignidad, mi viejo! ¡Te tienen que dar la oportunidad de elegir, ese es el asunto! Pueblos enteros han ido a la guerra por eso...
-- ¿Porque vino el mozo y les sirvió un pingüino de...?
-- No. Por dignidad.
-- Oíme, Mario... --Mochila pareció animarse de repente--. Yo me levanto y voy a la mesa de la mina y le hablo.
La expresión de Mario fue de pánico. Advertía un atisbo de determinación inquebrantable en la voz del Mochila.
-- No, Mochi, no jodas --se enojó. -
- Voy, boludo. ¿No puedo ir, acaso? Todos los días hablo con ella...
-- Vos tomás medio pingüino de tinto de la casa y te ponés a hacer boludeces, Mochila... Dejame de joder... No me gusta tanto despues de todo...
Mochila se puso de pie. Mario se tapó la cara con la mano. Luego la destapó y habló mirando hacia otro lado. Transpiraba.
-- Dejáme de joder, Mochila. Sentate --rogó--. Yo no voy. Si vos me llamas yo no voy. Me voy a la mierda. Me voy al baño. Te juro que no voy...
-- Oíme, boludo --se agachó un tanto, Mochila--. Hoy puede ser un dia histórico para vos. A veces las minas que menos bola parece que te dan son las que más te vienen marcando, al final de cuentas. No seas ingenuo. Las minas son muy histéricas, y ésta es de las más histéricas que conozco...
-- Te juro que no voy, Mochila... Sentate, no seas boludo... No me hagas pasar un mal rato...
-- Por lo menos te sacas la duda de encima, pelotudo. Si te da pelota, perfecto. Si no te da pelota, bueno, al menos te sacastes ese quilombo de la cabeza y ya no te andas preocupando si anda con un macho, o con cuatro, o con cinco mil...
-- Dejáme vivir con la ilusión, Mochila... De veras... Sentate...
Mochila giró sobre sus talones y enfiló hacia la mesa de la Flaca. Mario, automáticamente, pivoteó sobre su silla primero hacia la calle Santa Fe y luego en sentido contrario, hacia el mostrador, como si estuviese sobre un sillón giratorio, fingiendo mirar hacia el teléfono público, los baños y las botellas expuestas sobre los estantes de vidrio. Se pasaba repetidamente las yemas de los dedos sobre las cejas.
Mochila se dejó caer, despreocupado, sobre la silla vacía enfrente de la Flaca y, al punto, ésta, sonriendo, cerró la agenda y comenzaron a charlar. No dejo pasar mucho tiempo, Mochila, y tras algunas preguntas livianas de rigor, encaró el tema con la practicidad de un ejecutivo joven. -- Che, Flaca... --casi anunció--. No mires ahora... ¿Vos lo conocés al muchacho que está sentado conmigo, el de lentes?
Ella dió una pitada larga a su cigarrillo, lanzó algo de humo por la nariz y dijo: "Sí, de acá. Del boliche".
-- Bueno. Está muerto por vos.
Marta miró al Mochila con expresión entre dura e inquisidora.
-- ¿Ese pajero? --preguntó luego, casi airada. Mochila asimiló, apenas, el golpe.
-- ¿Por qué, "pajero"?
-- Hace como mil años que se la pasa mirándome y jamás se ha atrevido a decirme nada.
-- Lo que pasa es que... ehh... Es muy tímido...
-- ¡Por favor! --la Flaca sacudió la cabeza revoleando un mechón de pelo-- ¡Es un pajero!
-- No, Flaca --Mochila estaba casi acostado sobre la mesa, apoyando el brazo izquierdo desde la axila hasta el codo, buscando buenas razones con cautela de minero--. Es muy tímido... Te digo que es muy buen tipo... es un tipo interesante...
Marta extendió su mano derecha y la apoyó en el antebrazo de Mochila. Suavizó su tono y su mirada.
-- Mirá, Mochila, te agradezco. Pero estoy cansada de la histeria de los tipos. Ya somos grandecitos. Ya no soy una pendeja...
-- Pero lo parecés...
Marta estiró una sonrisa forzada.
-- Te agradezco --repitió.
Mochila se quedó mirando un rato hacia la esquina de Sarmiento y Santa Fe. Como no encontró nuevos argumentos para su propuesta, se levantó cansinamente, saludó a la Flaca y se fue. Desandó cuatro pasos y volvió a su silla de la mesa compartida con Mario. Este, demudado, había pedido una medialuna de "La Nuria" y otro café, como para hacer algo.
-- Ehhhh... --vaciló Mochila, mirando perdidamente hacia el baño.
-- ¿Qué...? ¿Qué pasó? --tragó saliva Mario, intuyendo, quizá, lo peor.
-- Dice que está esperando al novio...
Mario mordió un nuevo pedazo de medialuna. Meneó la cabeza.
-- Te dije... --dijo.
-- Qué cagada --musitó Mochila.
-- ¿Viste? --Mario parecía aliviado.
-- Pero, al menos, lo intentamos...
-- Te dije... --Mario se acomodó los lentes, mirando hacia la calle, mientras apuraba el último bocado, limpiándose los dedos con una servilleta.
-- Qué va a ser...
-- ¿Será posible, este boludo del Sobo? --se quejó Mario--. Justo hoy que lo necesito y no aparece...
-- ¿Cuál?
-- La que saludastes recién.
Mochila giró apenas la cabeza hacia atrás.
-- ¿La flaca?
-- Sí.
-- Sí, la conozco. Es amiga de mi jermu.
-- Me emputece esa mina --dijo Mario en voz baja.
-- ¿Mi jermu?
-- No, boludo. La Flaca, la que saludastes.
-- Ah... ¡Mirá qué boludo que sos vos! A todo el mundo lo enloquece la Flaca. ¡Qué te parece!
-- ¿Qué? --se alarmó Mario--. ¿Vos también estás jugado en ese palo? ¿Te anotás ahí también?
-- No. Yo no. ¿No te digo que es amiga de mi jermu? Estudiaban juntas en la Cultural. Tendría que ser muy loco para tirarme en esa. Pero... te digo...
-- Que ganas no te faltan.
-- Ganas no me faltan....
Se quedaron en silencio. Mochila controlando las otras mesas, viendo quién había. Mario tocándose cuidadosamente los dientes de adelante con la uña del dedo pulgar de la mano derecha.
-- Me tiene loco esa mina --repitió, como para sí mismo. Como si el tema fuese demasiado íntimo como para compartirlo y debatirlo en una mesa de cafe. Y asustado, quizá, por haber ido tan lejos.
-- Está buena la Flaca --dijo Mochila, que la tenía sentada a sus espaldas--. Y es una mina piola te cuento... Piola, inteligente. Anda suelta, además...
-- Medio histérica debe ser...
-- Sí. Eso sí... Lógico... --Mochila seguía sin meterse demasiado en la conversación, en tanto pasaba lista a los presentes-- ¡Bah! --se animó de pronto, ya terminado el control--. Como todas. -- Esa jeta que tiene... --medio por sobre el hombro de Mochila, Mario la espiaba--. Los ojos...
-- Y encarala, boludo... ¿qué esperas? --lo animó Mochila, cruzándose de piernas, acomodándose en la silla para quedar de espaldas a la calle Santa Fe, mirando al mostrador. Mario hizo un gesto vago con la cabeza, negativo.
-- Está sola, boludo --apretó Mochila--. Andá... Si te quedas esperando, por ahí aparece algun vago, o alguna amiga, y se sienta con ella y cagaste.
Mario se encogió de hombros, mirando ahora hacia afuera, como desentendiéndose del problema. -- ¿No lo viste al Sobo? -preguntó, cambiando de tema.
Mochila negó con la cabeza--. Este boludo... --musitó Mario--. Le tengo que pedir un certificado y justo hoy no aparece.
-- Oíme --Mochila se incorporó, clavándole la vista--. Andá y sentate con ella, no seas otario... No te va a patear...
-- No la conozco --frunció la nariz, Mario.
-- ¿Y eso qué tiene que ver? ¿Cómo que no la conocés? Te conoce de acá, pelotudo. Si acá nos junamos todos. No le sabrás el nombre pero la...
-- ¿Cómo se llama?
Mochila frunció el ceño. -- Ehhh... --pensó--. Marina, Marta, María... No sé, no sé... Siempre la conocí por la Flaca.
-- Marta, Marta se llama --dijo Mario, que ya se había informado.
-- Escuchame Mario... --Mochila se inclinó sobre la mesa para darle privacidad a la propuesta--. Te la presento... Voy, me siento en la mesa de ella y te la presento...
Mario se tiró hacia atrás y agitó las manos y la cabeza, casi escandalizado.
-- ¡No! No, dejá. Ya está. Ya pasó. Ya fué.
-- No me cuesta nada, boludo.
-- Dejá, Mochila, dejá. Está bien.
Mochila se encogió de hombros. -- Jodete --dijo. Y buscó a Moreyra con la vista--. ¡Negro! --gritó--. ¿Estás vos acá?
-- Además... --Mario, pese a todo, no quería desprenderse totalmente del tema y sabía que el lapso de privacidad con el Mochila podía ser corto--. No da bola, Mochi. No da bola.
Mochila casi se enojó. -- ¿Y cómo sabes que no da bola si nunca la encaraste?
-- Porque uno se da cuenta, Mochila. ¿Sabés cuanto hace que la vengo mirando a esa mina? ¿Sabés cuanto hace? Dos años. Debe hacer como dos años...
-- ¿Y?
-- ¡Nada! Nada de nada. Una mina si te quiere dar bola se manda alguna señal, eso es sabido. Te mira una vez, aunque sea. Te mantiene un poco la mirada. O te sonríe. Te tira un cable.
-- No te engañes, no te engañes... Mirá que...
-- Sí... "La vida te da sorpresas".
-- La vida te da sorpresas...
-- Sí, pero acá es muy claro --se desalentó Mario--. ¿Viste que hay... cómo decirte... hay un lapso de duración en una mirada, en un cruce de miradas? Y después hay un plus, que es un milésimo... un milésimo de segundo... un ápice... un cícero... una infinitésima milésima de segundo en que se prolonga esa mirada más de lo normal... Es cuando una mina te mira y vos tenes un sensómetro, un sismógrafo, que registra que esa mirada ha durado esa milésima de segundo mas allá de lo necesario, y es lo que te está diciendo a las claras que esa no es una mirada común, que esa mirada está pidiendo otro cruce de comprobación, que te está diciendo algo...
--Mochila afirmaba con la cabeza, algo fastidiado--.
Bueno... --no se amilanó Mario--. Esa fracción supletoria de mirada debería tener un nombre. Porque es una medida patron... Es un exceso de intensidad... Debería haber algo como el "miradómetro"... Una unidad de vision, de calentura...
-- Bueno, bueno... Cortala... Dejá de hablar pelotudeces... --rogó Mochila--. ¿Y qué pasa? ¿Con esta mina no se dió nunca?
-- En la puta vida de Dios.
-- Ni te miró...
-- Ni me miró ni... --Mario había sacado un encendedor y golpeteaba con él sobre el nerolite buscando la descripción mas gráfica--. O me mira y no me ve. Esa es la cosa. Por ahí me mira, pero lo que hace es solamente dirigir su vista hacia mí. Pero la sensación que yo tengo es como que yo fuera transparente. Que mira a traves mío. Que mira lo que está detrás mío. Digamos, que la profundidad de campo de la cámara de ella está situada seis metros detrás mío... Esa es la sensación que tengo...
Mochila se rascó la cabeza. -- ¡Mirá que sos antiguo! --dijo.
-- ¿Por qué? --se ofuscó Mario.
-- Andar fijándote en eso de las miradas y esas cosas... Eso es del tiempo en que los pedos se tiraban con gomera.
-- ¿Y qué querés que haga? ¿Que vaya y le toque el culo?
-- No, boludo. No te digo eso...
-- ¿Cómo carajo hacés vos?
-- ¿Cómo hago? ¿Cómo hago yo? ¡Voy y me siento con ella! Eso hago. Mirá que difícil. Y le empiezo a hablar de cualquier cosa... No podés entrar en la histeria de las minas, querido... Que te miro, que no te miro, que la profundidad de campo y todas esas pelotudeces...
-- Es que... --Mario apoyó el mentón sobre sus manos cruzadas y vaciló. Por momentos lo asaltaba la idea de que no era un tema para hacer publico--. ¿Sabes qué pasa?... ¿Vos te acordás de "El Eternauta"?
-- Sí, me acuerdo... Lo que no me acuerdo es quién trabajaba...
-- ¿Cómo?
-- ¿Quién trabajaba?
-- No, boludo. No era una película. Era una historieta.
-- Ah, sí... "El Eternauta". Algo me acuerdo...
-- Esa que caía una nevada en Buenos Aires, una nevada radioactiva y morían todos...
-- Algo. Algo me acuerdo --mintió el Mochila.
-- Bueno, en "El Eternauta", aparecían unos tipos de otro planeta, que se llamaban los "Manos", que tenían...
-- Mejicanos. "Manito", se decían...
-- No, gil. No seas hijo de puta. -
- Ah, no. Esa era "Cisco Kid".
-- No te acordás de un sorete. Los Manos, que tenían una mano derecha llena de dedos...
-- Como cualquiera --Mochila mostró su mano.
-- No, muchos mas. Como hasta acá --Mario tiró una línea imaginaria desde la punta de sus propios dedos hasta el codo--. Bueno, esos tipos dirigián a varias especies de bichos extraterrestres que invadían la Tierra. Pero ellos, a su vez, estaban controlados por otra especie superior. Entonces. estos "Manos", que eran igual que nosotros salvo por esos dedos, tenían insertada en el cuerpo una glándula, una glándula que le llamaban "Glándula del Terror" y que les habían insertado esos cosos que los dirigían a ellos. Y... ¿para qué les habían insertado esa glándula? Porque los Manos, igual que los humanos, al sentir temor segregaban una especie de adrenalina y ésta, a su vez, activaba la glándula. Y entonces la glándula dejaba escapar un veneno y el veneno los mataba en minutos, nomás. ¿Me entendés? Si ellos se intentaban rebelar contra la especie superior, sentían miedo y, ahí nomás, cagaban la fruta. Linda idea, ¿no? Porque, además, había otra cosa, fijate. Algunos de ellos habían intentado operarse para sacarse de allí esa glándula pero, al operarse, sentían miedo, y de nuevo la misma cosa, activaban la glándula, ésta largaba el veneno, etc., etc., etc... Era ingenioso, ¿no? Piola como idea. De... ¿cómo se llamaba?... Oesterheld.
Mochila se lo quedó mirando un instante, con expresión confundida. -- Y.... ¿Qué queres decir con todo esto? --preguntó--. ¿Ahora me vas a salir con que vos tenés una de esas glándulas? ¿Me vas a pedir guita para operarte?
-- No. No. No --Mario pegó con la punta de su dedo índice sobre la mesa--. Yo tengo una glándula pero de la pelotudez. Ese es el asunto. Una glándula de la pelotudez. Cuando a mí una mina me gusta mucho, como ésta, Marta... me pongo pelotudo. El mismo hecho de que la mina me guste mucho, me paraliza. Me pone tan nervioso que me pongo hecho un pelotudo, no sé lo que digo, hago boludeces... La glándula segrega algo que me idiotiza. Después pienso en las cosas que he dicho, o en las que debería haberle dicho y me quiero morir. Las minas deben pensar que uno es un retardado total. Y es precisamente porque me gustan demasiado. Es increíble. Con las minas que no me gustan no me pasa nada. Ahí soy un duque, soy Dean Martin. Jodo, soy ocurrente, hasta puedo ser brillante. Al pedo. Porque a quien yo quiero gustar no es a los escrachos.
-- Mario... Mario... --Mochila trató de ser comprensivo--. Yo sé que esto pasa... Pero te puede pasar al principio, la primera hora, la primera...
-- Década.
-- No seas pelotudo. Si vos...
-- Si yo me quedo solo con esta mina te juro que no me sale una palabra. La glándula me...
-- Anda a la concha de tu madre vos y la glándula...
Se quedaron en silencio. Mochila miraba sin ver hacia la caja registradora, pegaba repetidas veces con la suela del pie derecho sobre el piso, fastidiado. -- ¿Sabes qué le dijeron a Pelé cuando debutó en Suecia? --preguntó de pronto. Mario negó con la cabeza, algo desacomodado.
-- "Andate al medio campo y tocala corta." Eso le dijeron --agregó el Mochila.
Mario entrecerró un poco los ojos, como buscando la metáfora--. O sea. Hasta que se te pasen los nervios, no tratés de deslumbrar, no tratés de ser brillante, no tratés de meter el pase de gol...
-- Pero él era negro, Mochila...
-- Es negro.
-- ¡Es que ni siquiera pretendo ser brillante! Me bastaría con no ser tan imbécil...
-- Tocá corto.
-- Una teta le voy a tocar... --musitó Mario--. Además... además, Mochila, comprendeme --se irguió de pronto como para seguir hablando pero calló, prudente. El Pochi había entrado por la puerta de Santa Fe y Sarmiento, pero se quedó enganchado en la mesa de los fotógrafos.
Mario retomó el tema--. Yo creo que las cosas se tienen que dar naturalmente. Vos vistes como es este boliche. Vos, por ejemplo, no conocés a alguien. Pero, de pronto, por ahí, mañana, estás sentado en la misma mesa con él. ¿Por qué? Porque te llama un amigo común. Porque viene a tu mesa a charlar con un amigo tuyo. Porque está en un grupo donde vos te acercás a preguntar algo. Es así... Entonces eso es mas natural, menos forzado. Yo me sentiría mucho más cómodo si se diera algo así con esta mina...
-- Oíme Mario... Oíme... --Moreyra había pasado como una ráfaga, dejando un cortado sobrante, al tanteo, enfrente de Mochila--. Cuanto...
-- Porque... ¿viste como es este boliche? --arremetió Mario--. Yo creo que el secreto de este boliche está en la proximidad de las mesas. Están muy juntas. Ahí radica el éxito de este boliche. Vos estás sentado en esta mesa y casi casi estás escuchando la charla de los de la mesa de atrás. Y se tocan las sillas, incluso --Mario se tiró hacia atrás sobre el respaldo y sonrió, ejemplificando---Vos estás en una mesa y por ahí girás un poquito y ya te integras a la de al lado...
-- Un conventillo.
-- Un conventillo. Un día... --Mario se lanzó de golpe con el torso hacia adelante, confidente
--. Un día yo estaba sentado en una mesa, y atrás, acá mismo, atrás, estaba la Flaca con unas amigas --bajó la voz--. Si yo me inclinaba para atrás la tocaba, con los hombros, o con la cabeza. La tocaba...
-- Mario... --insistió Mochila con los ojos entrecerrados--. ¿Cuanto hace que decís que la venís marcando a esta mina?
-- ¿A la flaca? Y... desde que la descubrí... Cuando era novia del barba... No sé. Un año... Un año y medio...
-- Cuando era novia del barba... Vos te referís al Tito, al Tito Aramayo.... Bueno, te cuento, eso fue hace más de tres años, porque hace más de tres años que el Tito está en Porto Alegre. Casi cuatro años hace, por lo menos.
-- Y... sí...
-- Y en esos cuatro años.. --Mochila enarcó las cejas y cerró su mano derecha como si empuñara un cuchillo, señalando a Mario--. Escuchame bien, en esos cuatro años, esa situación que vos decís, que vos estás esperando, no se ha dado nunca. Nunca hubo un amigo sentado en la mesa con ella, ni ningún amigo te la trajo a la mesa con vos, ni se dió vuelta para pedirte fuego, ni estaba en un grupo donde vos podías haberte integrado... Nada...
-- Nada... es verdad... Nada.
-- ¿Y hasta cuando vas a esperar, Marito? --hirió de nuevo, Mochila--. Vas a ser un viejo choto y vas a venir acá con un bastón, con boina, con una cánula de suero puesta, para ver si alguna vez se da la puta casualidad de que te podés sentar con esa mina...
-- Y... --se encogió de hombros, Mario.
-- Oíme --Mochila giró la cabeza y pegó una rápida mirada hacia la mesa de la Flaca que, sola, estaba anotando cosas en una agenda--. Mirá, está sola. Al pedo. Voy, me siento con ella, hablo con ella y después te llamo...
Mario se secó la transpiración de la nariz, meneó la cabeza, pareció atacarlo la desesperación y estar a punto de ponerse a llorar.
-- No, Mochila... No...
-- Yo puedo hacerlo, pelotudo --se enojó el Mochila--. Te digo que soy amigo de ella. Lo he hecho un montón de veces. No va a quedar como algo forzado o...
-- No, Mochila... Está llena de machos esa mina...
-- ¿Cuando? ¡Ahora está sola, pelotudo!
-- Ahora no. Pero... ¿Vos te creés que no la veo? La miro constantemente, te digo. Todos los días con un macho nuevo. Pendejos...
-- Mejor para vos, mejor para vos. Si anda todos los días con un macho nuevo es que no anda con ninguno. Aparte, no te engañés, Mario. No te engañés. Yo conocía una mina que estaba buenísima. No podía ni caminar de buena que estaba. Lindísima, además. Y esta mina, me decía --hará un par de meses nomás, está casada ahora, tiene como cuatro hijos-- me decía que cuando ella era joven, había fines de semana que se quedaba en casa como una boluda porque nadie la llamaba para salir. Los tipos la veían tan linda, tan rebuena estaba esa hija de puta, que todos pensaban lo mismo, eso que vos pensás también, que estaba llena de machos. Que la llamaban de todas partes del país para invitarla a salir, que Rainiero de Mónaco le ponía un télex para salir de joda. Entonces, no la llamaban. Y la pobre santa se quedaba como una boluda los sábados a la noche viendo televisión con una tía rechota que tenía...
-- Este no es el caso... Este no es el caso... --negó Mario.
Mochila volvió a darse vuelta, mirando sin discreción alguna hacia la mesa de la Flaca.
-- Está sola, boludo. Está haciendo tiempo. Aprovechá ahora --volvió a su postura anterior restregándose la cara con una mano, casi con desesperación--. Decí que yo no puedo...Pero... -- Además... Además... --buscó las palabras Mario--. No se puede. Yo no puedo ir y encararla así a esta mina, en frío... Hay convenciones. Hay convenciones que se juegan entre un hombre y una mujer y que hay que respetar.
Mochila lo miraba con una expresión cada vez mas atormentada.
-- Sí, claro --dijo Mario--. Vos sabés, y ella sabe, y vos sabés que ella sabe que vos sabés, que si vas y la invitás a una mina a tomar un café, en realidad lo que le estás proponiendo es ir a cojer.
-- No es tan así.
-- Esa es la verdad. Esa es la realidad de las cosas. La verdad de la milanesa. Pero vos no podés ir, acercarte a la mesa y decirle "¿Vamos a cojer?". Porque aunque encierre el mismo significado, no es lo mismo. Para una mina no es lo mismo y tiene todo el derecho del mundo de mandarte a la reputísima madre que te parió, Mochila, es la verdad. Puede decirte "¿Usted por quién me ha tomado?" y hacerse la ofendida y tiene toda la razón. Hay que guardar ciertas normas de urbanidad. Vos dirás que es un hipocresía y todo eso, pero...
-- Yo no digo que sea una hipocresía --expiró Mochila, agotado.
-- ... vos tenés que dejarle una puerta abierta a la mina. No podes encerrarla, no podes dejarla sin opciones. Fijate vos, cuando yo anduve con la Zulema... --se entusiasmó Mario--. Hay minas con las que vos tenés ya todo conversado, todo claro, y no hay más que hablar. Cuando le decís de salir, te tomás un tacho y te vas al mueble derecho viejo, porque sabés que la mina no se va a descolgar con "¿Pero... adonde vamos? ¿Adonde me llevas?". -- "¿Qué son esas luces rojas?" -- "¿Qué son esas luces rojas?" ¡Nada de eso! Pero, por ejemplo, con Zulema, yo me las rebusqué para que me prestaran un departamento. Entonces fuimos a cenar, hablamos un rato y despues yo le pude decir "¿Querés venir a mi departamento a tomar algo?", con lo que le estás dando a la mina la opción de ir al departamento y después, si no le gusta la mano, negarse. No sé... decir... "Se me hizo tarde" o... "Vos me interpretastes mal"...
-- Oíme... Vos sos una antigualla... Si la mina acepta ir a tu departamento es porque le gusta la mano y ya sabe como viene la cosa... No son tan boludas, Mario... ¿O te crees que somos nosotros los que atracamos?
-- De acuerdo, de acuerdo --se apuró Mario--. Pero vos le estás dando la opción con el departamento. Si vos le tenés que decir "¿Vamos a un mueble?" ¿Qué opción tiene la mina? Vos le estás diciendo "vamos a cojer", lisa y llanamente. No le das salida.
-- Si vos le decís "Vamos al departamento" también le estás diciendo "Vamos a cojer", querido. ¿O con quién estás saliendo? ¿Con Heidi?
-- Ya sé... Ya sé... --Mario se mordió los labios, transpirando--. Pero no es lo mismo. Es una cuestión de elegancia. Si vos invitás a una mina a un hotel, estás dando por sentado que vos no tenías ninguna duda de que a esa mina te la ibas a pirobar, que era fácil, que era una fija. Es una cuestión de... dignidad, digamos...
Mochila meneaba la cabeza, negando.
-- Sos una antigualla --suspiró--. Un relicario...
-- Es difícil de explicar --insistió Mario--. Es como si vos vas a un bodegón y el mozo ve que vos tenés tal pinta de pordiosero que viene y, sin preguntarte nada, te pone en la mesa un pingüino de vino tinto de la casa. ¿Qué te queda por hacer en ese momento? Levantarte e irte, querido. Ese mozo te está ofendiendo. Porque aunque vos seas un pordiosero y se vea a la legua que no te podes bancar ni por puta un vino más o menos pasable, el tipo tiene la obligación moral de alcanzarte la lista de vinos y preguntarte "¿El señor tiene alguna preferencia? ¿Desea algún vino gran reserva?". Entonces ahí sí, vos podés devolverle la lista y decirle, tranquilo "No, muchas gracias. Tráigame un pingüino con tinto de la casa" porque la verdad es que no tenés ni un mango partido por la mitad para elegir otra cosa... ¡Porque es un problema de dignidad, mi viejo! ¡Te tienen que dar la oportunidad de elegir, ese es el asunto! Pueblos enteros han ido a la guerra por eso...
-- ¿Porque vino el mozo y les sirvió un pingüino de...?
-- No. Por dignidad.
-- Oíme, Mario... --Mochila pareció animarse de repente--. Yo me levanto y voy a la mesa de la mina y le hablo.
La expresión de Mario fue de pánico. Advertía un atisbo de determinación inquebrantable en la voz del Mochila.
-- No, Mochi, no jodas --se enojó. -
- Voy, boludo. ¿No puedo ir, acaso? Todos los días hablo con ella...
-- Vos tomás medio pingüino de tinto de la casa y te ponés a hacer boludeces, Mochila... Dejame de joder... No me gusta tanto despues de todo...
Mochila se puso de pie. Mario se tapó la cara con la mano. Luego la destapó y habló mirando hacia otro lado. Transpiraba.
-- Dejáme de joder, Mochila. Sentate --rogó--. Yo no voy. Si vos me llamas yo no voy. Me voy a la mierda. Me voy al baño. Te juro que no voy...
-- Oíme, boludo --se agachó un tanto, Mochila--. Hoy puede ser un dia histórico para vos. A veces las minas que menos bola parece que te dan son las que más te vienen marcando, al final de cuentas. No seas ingenuo. Las minas son muy histéricas, y ésta es de las más histéricas que conozco...
-- Te juro que no voy, Mochila... Sentate, no seas boludo... No me hagas pasar un mal rato...
-- Por lo menos te sacas la duda de encima, pelotudo. Si te da pelota, perfecto. Si no te da pelota, bueno, al menos te sacastes ese quilombo de la cabeza y ya no te andas preocupando si anda con un macho, o con cuatro, o con cinco mil...
-- Dejáme vivir con la ilusión, Mochila... De veras... Sentate...
Mochila giró sobre sus talones y enfiló hacia la mesa de la Flaca. Mario, automáticamente, pivoteó sobre su silla primero hacia la calle Santa Fe y luego en sentido contrario, hacia el mostrador, como si estuviese sobre un sillón giratorio, fingiendo mirar hacia el teléfono público, los baños y las botellas expuestas sobre los estantes de vidrio. Se pasaba repetidamente las yemas de los dedos sobre las cejas.
Mochila se dejó caer, despreocupado, sobre la silla vacía enfrente de la Flaca y, al punto, ésta, sonriendo, cerró la agenda y comenzaron a charlar. No dejo pasar mucho tiempo, Mochila, y tras algunas preguntas livianas de rigor, encaró el tema con la practicidad de un ejecutivo joven. -- Che, Flaca... --casi anunció--. No mires ahora... ¿Vos lo conocés al muchacho que está sentado conmigo, el de lentes?
Ella dió una pitada larga a su cigarrillo, lanzó algo de humo por la nariz y dijo: "Sí, de acá. Del boliche".
-- Bueno. Está muerto por vos.
Marta miró al Mochila con expresión entre dura e inquisidora.
-- ¿Ese pajero? --preguntó luego, casi airada. Mochila asimiló, apenas, el golpe.
-- ¿Por qué, "pajero"?
-- Hace como mil años que se la pasa mirándome y jamás se ha atrevido a decirme nada.
-- Lo que pasa es que... ehh... Es muy tímido...
-- ¡Por favor! --la Flaca sacudió la cabeza revoleando un mechón de pelo-- ¡Es un pajero!
-- No, Flaca --Mochila estaba casi acostado sobre la mesa, apoyando el brazo izquierdo desde la axila hasta el codo, buscando buenas razones con cautela de minero--. Es muy tímido... Te digo que es muy buen tipo... es un tipo interesante...
Marta extendió su mano derecha y la apoyó en el antebrazo de Mochila. Suavizó su tono y su mirada.
-- Mirá, Mochila, te agradezco. Pero estoy cansada de la histeria de los tipos. Ya somos grandecitos. Ya no soy una pendeja...
-- Pero lo parecés...
Marta estiró una sonrisa forzada.
-- Te agradezco --repitió.
Mochila se quedó mirando un rato hacia la esquina de Sarmiento y Santa Fe. Como no encontró nuevos argumentos para su propuesta, se levantó cansinamente, saludó a la Flaca y se fue. Desandó cuatro pasos y volvió a su silla de la mesa compartida con Mario. Este, demudado, había pedido una medialuna de "La Nuria" y otro café, como para hacer algo.
-- Ehhhh... --vaciló Mochila, mirando perdidamente hacia el baño.
-- ¿Qué...? ¿Qué pasó? --tragó saliva Mario, intuyendo, quizá, lo peor.
-- Dice que está esperando al novio...
Mario mordió un nuevo pedazo de medialuna. Meneó la cabeza.
-- Te dije... --dijo.
-- Qué cagada --musitó Mochila.
-- ¿Viste? --Mario parecía aliviado.
-- Pero, al menos, lo intentamos...
-- Te dije... --Mario se acomodó los lentes, mirando hacia la calle, mientras apuraba el último bocado, limpiándose los dedos con una servilleta.
-- Qué va a ser...
-- ¿Será posible, este boludo del Sobo? --se quejó Mario--. Justo hoy que lo necesito y no aparece...
lunes, 9 de julio de 2007
Nieva en Buenos Aires
Es el día de la independencia
de este país del sur
y en Buenos Aires nieva,
los meteorólogos están
confundidos,
y los cartoneros con sus carritos
parecen Papa Noel
llevando algún inodoro roto
quién sabe para quién
y los libres del mundo responden
oh juremos con gloria morir.
de este país del sur
y en Buenos Aires nieva,
los meteorólogos están
confundidos,
y los cartoneros con sus carritos
parecen Papa Noel
llevando algún inodoro roto
quién sabe para quién
y los libres del mundo responden
oh juremos con gloria morir.
domingo, 1 de julio de 2007
Visions of Johanna - canción de Bob Dylan
¿No es propio de la noche hacer trampas
cuando querés estar tan tranquilo?
Estamos aquí desamparados,
aunque hagamos todo lo posible por negarlo.
Y Louise tiene un puñado de lluvia,
induciéndote a desafiarla.
Las luces parpadean en el galpón de enfrente,
las estufas tosen en esta habitación,
la estación de música suena suave,
no hay nada, realmente nada que quitar.
Sólo Louise y su amante abrazados
y estas Visiones de Johanna
que conquistan mi mente.
En el vacío callejón donde las damas juegan
a la gallinita ciega con el llavero
y las chicas de noche completa
murmuran sobre sus escapadas en el tren “D”,
podemos oír al sereno que enciende su linterna,
preguntarse si es él o son los demás los que están realmente locos.
Louise -está bien- está bien cerca,
es delicada, parece como un espejo;
pero hace todo demasiado conciso y claro
que Johanna no está aquí.
El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su cara
donde estas Visiones de Johanna
han tomado ahora mi lugar.
El pequeño muchacho perdido
se toma demasiado en serio,
se jacta de su miseria,
le gusta vivir arriesgadamente
y cuando el nombre de ella sale a relucir
habla de darme un beso de despedida.
Está seguro de que tiene mucha cara
para ser tan inútil y todo
susurrando pavadas a la pared
mientras yo estoy en el hall.
¡Oh! ¿Cómo puedo explicarlo?
¡Oh, es tan difícil de entender!
Y estas Visiones de Johanna
me mantuvieron desvelado pasado el amanecer.
Dentro de los museos el Infinito es enjuiciado
las voces repiten: “así es como
debe ser la salvación dentro de un momento”
pero Mona Lisa debe tener tristezas de autopista,
lo podés decir por el modo en que sonríe.
Mira helarse la primitiva flor de la pared
cuando todas las mujeres de cara de gelatina estornudan,
escucha a ese con bigote decir, “¡Dios,
no puedo encontrar mis rodillas!”
Joyas y binoculares cuelgan de la cabeza de la mula,
pero estas Visiones de Johanna
hacen que todo parezca tan cruel.
El chismoso habla ahora a la condesa
que está fingiendo prestarle atención
diciendo, “nómbrame a alguien que no sea un parásito,
y saldré a rezar por él.”
Pero como Louise siempre dice,
“no hay mucho que ver, ¿eh, amigo?”
mientras ella se prepara para él.
Y Madonna todavía no aparece,
vemos este vacío camarín ahora corroído
donde la capa con que salía al escenario ondeó una vez;
el violinista camina ahora hacia la ruta
y escribe que todo vuelve donde pertenece
en la parte de atrás del camión de pescado que carga
mientras mi conciencia estalla.
Las armónicas tocan las notas esqueléticas y la lluvia
y estas Visiones de Johanna
son ahora todo lo que queda.
cuando querés estar tan tranquilo?
Estamos aquí desamparados,
aunque hagamos todo lo posible por negarlo.
Y Louise tiene un puñado de lluvia,
induciéndote a desafiarla.
Las luces parpadean en el galpón de enfrente,
las estufas tosen en esta habitación,
la estación de música suena suave,
no hay nada, realmente nada que quitar.
Sólo Louise y su amante abrazados
y estas Visiones de Johanna
que conquistan mi mente.
En el vacío callejón donde las damas juegan
a la gallinita ciega con el llavero
y las chicas de noche completa
murmuran sobre sus escapadas en el tren “D”,
podemos oír al sereno que enciende su linterna,
preguntarse si es él o son los demás los que están realmente locos.
Louise -está bien- está bien cerca,
es delicada, parece como un espejo;
pero hace todo demasiado conciso y claro
que Johanna no está aquí.
El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su cara
donde estas Visiones de Johanna
han tomado ahora mi lugar.
El pequeño muchacho perdido
se toma demasiado en serio,
se jacta de su miseria,
le gusta vivir arriesgadamente
y cuando el nombre de ella sale a relucir
habla de darme un beso de despedida.
Está seguro de que tiene mucha cara
para ser tan inútil y todo
susurrando pavadas a la pared
mientras yo estoy en el hall.
¡Oh! ¿Cómo puedo explicarlo?
¡Oh, es tan difícil de entender!
Y estas Visiones de Johanna
me mantuvieron desvelado pasado el amanecer.
Dentro de los museos el Infinito es enjuiciado
las voces repiten: “así es como
debe ser la salvación dentro de un momento”
pero Mona Lisa debe tener tristezas de autopista,
lo podés decir por el modo en que sonríe.
Mira helarse la primitiva flor de la pared
cuando todas las mujeres de cara de gelatina estornudan,
escucha a ese con bigote decir, “¡Dios,
no puedo encontrar mis rodillas!”
Joyas y binoculares cuelgan de la cabeza de la mula,
pero estas Visiones de Johanna
hacen que todo parezca tan cruel.
El chismoso habla ahora a la condesa
que está fingiendo prestarle atención
diciendo, “nómbrame a alguien que no sea un parásito,
y saldré a rezar por él.”
Pero como Louise siempre dice,
“no hay mucho que ver, ¿eh, amigo?”
mientras ella se prepara para él.
Y Madonna todavía no aparece,
vemos este vacío camarín ahora corroído
donde la capa con que salía al escenario ondeó una vez;
el violinista camina ahora hacia la ruta
y escribe que todo vuelve donde pertenece
en la parte de atrás del camión de pescado que carga
mientras mi conciencia estalla.
Las armónicas tocan las notas esqueléticas y la lluvia
y estas Visiones de Johanna
son ahora todo lo que queda.
La Huída
Fue cuando escapaba de todo
No confiaba en nada, no era de extrañar
Me tenían cercado, mi libertad destrozada
No quise dar un paso en falso
Y comencé a tropezar.
Vagué por secos desiertos
Donde el agua es alucinación
Con la única compañia de mi sombra
Conocí lo que es la sed
Ella también escapaba pero yo ni me enteré
Pude tocar el cielo
Pero yo no lo busqué.
No confiaba en nada, no era de extrañar
Me tenían cercado, mi libertad destrozada
No quise dar un paso en falso
Y comencé a tropezar.
Vagué por secos desiertos
Donde el agua es alucinación
Con la única compañia de mi sombra
Conocí lo que es la sed
Ella también escapaba pero yo ni me enteré
Pude tocar el cielo
Pero yo no lo busqué.
El Camino del Recuerdo
Cuando todos tus payasos
ya no te causen gracia sino dolor,
cuando ya no tengas lugares
para visitar y tus viajes se tornen aburridos,
cuando tus conquistas ya no te provoquen orgullo
y tus sueños empiecen a morir
y tus pastillas no te causen ningún efecto,
te acordarás de mi.
Cuando tus ojos comiencen a ver,
tus oídos a escuchar
y todos tus sentidos te devuelvan la realidad
para hacer invisibles tus fantasias
y en el mercado no te fien más
y cuando mirarte el culo en el espejo
ya se torne peligroso para tu autoestima,
te acordarás de mí,
sólo en ese punto te acordarás de mí.
ya no te causen gracia sino dolor,
cuando ya no tengas lugares
para visitar y tus viajes se tornen aburridos,
cuando tus conquistas ya no te provoquen orgullo
y tus sueños empiecen a morir
y tus pastillas no te causen ningún efecto,
te acordarás de mi.
Cuando tus ojos comiencen a ver,
tus oídos a escuchar
y todos tus sentidos te devuelvan la realidad
para hacer invisibles tus fantasias
y en el mercado no te fien más
y cuando mirarte el culo en el espejo
ya se torne peligroso para tu autoestima,
te acordarás de mí,
sólo en ese punto te acordarás de mí.
lunes, 18 de junio de 2007
Desolation Row - canción de Bob Dylan
La calle de la desolación
Están vendiendo postales del ahorcamiento,
están pintando los pasaportes de color negro,
el salón de belleza está lleno de marineros,
el circo ha llegado a la ciudad.
Ahí viene el ciego comisionado,
lo puesieron en estado hipnótico,
una mano la tiene atada al equilibrista,
la otra está en sus calzoncillos
y el pelotón de motines está inquieto,
necesita ir a algún sitio,
mientras la dama y yo vigilamos esta noche
desde la Calle de la Desolación.
Cenicienta parece tan fácil,
agarra a cualquiera para conocerlo,
sonríe y pone sus manos en los bolsillos de atrás,
estilo Bette Davis,
y luego viene Romeo quejándose:
“Creo que sos mía”
y alguien dice: “Estás en el sitio equivocado,
amigo, será mejor que te vayas”
y lo único que se oye
después de irse las ambulancias,
es a Cenicienta barriendo
en la Calle de la Desolación.
Ahora la luna está casi oculta,
las estrellas se empiezan a esconder,
incluso la dama adivina
ha hecho confidenciales todas sus cosas
todos, excepto Caín y Abel
y el jorobado de Notre-Dame
están haciendo el amor
o esperando que llueva
y el buen samaritano se está vistiendo,
está preparándose para el show,
va a ir esta noche al carnaval
de la Calle de la Desolación
Ofelia está en la ventana,
por ella siento tanto miedo,
a su 22 años ya es una solterona;
para ella la muerte es completamente romántica,
lleva un chaleco de hierro,
su profesión es su religión,
su pecado es su falta de vida,
y aunque sus ojos están fijos
en el gran arco iris de Noé,
pasa su tiempo mirando furtivamente
a la Calle de la Desolación.
Einstein disfrazado de Robin Hood
con sus memorias en un baúl
pasó hace una hora por acá
con su amigo el monje celoso,
y se mostró tan inmaculadamente correcto
cuando mendigó un cigarrillo,
después se fue oliendo a podrido
y recitando el alfabeto,
no lo pensarías al verle
pero se hizo famoso hace tiempo
por tocar el violín eléctrico
en la Calle de la Desolación.
El Doctor Clean guarda su mundo
en una copa de cuero,
pero todos sus pacientes asexuados
están tratando de romperla,
ahora su enfermera, una pobre tipa,
está encargada de guardar el cianuro
y también guarda las tarjetas que dicen:
“Tenga compasión de su alma”,
todos ellos siguen tocando silbatos
los podés oír soplar
si sacas un poco la cabeza
a la Calle de la Desolación.
Han colgado los telones de un lado a otro de la calle,
se están preparando para la fiesta,
el fantasma de la ópera es
la perfecta imagen de un cura,
están besando a Casanova
para que se sienta más seguro,
lo matarán con autoconfianza
después de envenenarlo con palabras.
El fantasma grita a las chicas flacas,
“¡Largo de aquí si no entendés:
Casanova está siendo castigado
por ir a la Calle de la Desolación!”.
A medianoche todos los agentes
y la banda sobrehumana
salen y atrapan a cualquiera
que sepa más de lo que ellos saben
luego los llevan a la fábrica
donde la máquina de infartos
es atada sobre sus hombros
y entonces el combustible
es traído de los castillos
por los hombres de seguridad
que controlan que nadie se escape a
la Calle de la Desolación.
Orgulloso de ser el Neptuno de Nerón,
el Titanic zarpa al amanecer
todo el mundo está gritando,
“¿De qué lado estás tú?”
Y Ezra Pound y T. S. Elliot
luchan por el timón,
mientras cantantes de calipso se ríen
y pescadores sostienen flores
entre las ventanas del mar,
donde está lleno de amorosas sirenas
y nadie tiene que pensar demasiado
sobre la Calle de la Desolación.
Sí, ayer recibí tu carta,
justo cuando el timbre se rompió,
me preguntabas cómo estaba
y si aquello era algún tipo de broma.
Toda esa gente que mencionaste,
sí, sé que están completamente lisiados,
tuve que rehacer sus caras
y darles otro nombre a todos,
ahora mismo no puedo leer muy bien.
No me envíes más cartas, no,
no, a menos que las despaches desde
la Calle de la Desolación.
Están vendiendo postales del ahorcamiento,
están pintando los pasaportes de color negro,
el salón de belleza está lleno de marineros,
el circo ha llegado a la ciudad.
Ahí viene el ciego comisionado,
lo puesieron en estado hipnótico,
una mano la tiene atada al equilibrista,
la otra está en sus calzoncillos
y el pelotón de motines está inquieto,
necesita ir a algún sitio,
mientras la dama y yo vigilamos esta noche
desde la Calle de la Desolación.
Cenicienta parece tan fácil,
agarra a cualquiera para conocerlo,
sonríe y pone sus manos en los bolsillos de atrás,
estilo Bette Davis,
y luego viene Romeo quejándose:
“Creo que sos mía”
y alguien dice: “Estás en el sitio equivocado,
amigo, será mejor que te vayas”
y lo único que se oye
después de irse las ambulancias,
es a Cenicienta barriendo
en la Calle de la Desolación.
Ahora la luna está casi oculta,
las estrellas se empiezan a esconder,
incluso la dama adivina
ha hecho confidenciales todas sus cosas
todos, excepto Caín y Abel
y el jorobado de Notre-Dame
están haciendo el amor
o esperando que llueva
y el buen samaritano se está vistiendo,
está preparándose para el show,
va a ir esta noche al carnaval
de la Calle de la Desolación
Ofelia está en la ventana,
por ella siento tanto miedo,
a su 22 años ya es una solterona;
para ella la muerte es completamente romántica,
lleva un chaleco de hierro,
su profesión es su religión,
su pecado es su falta de vida,
y aunque sus ojos están fijos
en el gran arco iris de Noé,
pasa su tiempo mirando furtivamente
a la Calle de la Desolación.
Einstein disfrazado de Robin Hood
con sus memorias en un baúl
pasó hace una hora por acá
con su amigo el monje celoso,
y se mostró tan inmaculadamente correcto
cuando mendigó un cigarrillo,
después se fue oliendo a podrido
y recitando el alfabeto,
no lo pensarías al verle
pero se hizo famoso hace tiempo
por tocar el violín eléctrico
en la Calle de la Desolación.
El Doctor Clean guarda su mundo
en una copa de cuero,
pero todos sus pacientes asexuados
están tratando de romperla,
ahora su enfermera, una pobre tipa,
está encargada de guardar el cianuro
y también guarda las tarjetas que dicen:
“Tenga compasión de su alma”,
todos ellos siguen tocando silbatos
los podés oír soplar
si sacas un poco la cabeza
a la Calle de la Desolación.
Han colgado los telones de un lado a otro de la calle,
se están preparando para la fiesta,
el fantasma de la ópera es
la perfecta imagen de un cura,
están besando a Casanova
para que se sienta más seguro,
lo matarán con autoconfianza
después de envenenarlo con palabras.
El fantasma grita a las chicas flacas,
“¡Largo de aquí si no entendés:
Casanova está siendo castigado
por ir a la Calle de la Desolación!”.
A medianoche todos los agentes
y la banda sobrehumana
salen y atrapan a cualquiera
que sepa más de lo que ellos saben
luego los llevan a la fábrica
donde la máquina de infartos
es atada sobre sus hombros
y entonces el combustible
es traído de los castillos
por los hombres de seguridad
que controlan que nadie se escape a
la Calle de la Desolación.
Orgulloso de ser el Neptuno de Nerón,
el Titanic zarpa al amanecer
todo el mundo está gritando,
“¿De qué lado estás tú?”
Y Ezra Pound y T. S. Elliot
luchan por el timón,
mientras cantantes de calipso se ríen
y pescadores sostienen flores
entre las ventanas del mar,
donde está lleno de amorosas sirenas
y nadie tiene que pensar demasiado
sobre la Calle de la Desolación.
Sí, ayer recibí tu carta,
justo cuando el timbre se rompió,
me preguntabas cómo estaba
y si aquello era algún tipo de broma.
Toda esa gente que mencionaste,
sí, sé que están completamente lisiados,
tuve que rehacer sus caras
y darles otro nombre a todos,
ahora mismo no puedo leer muy bien.
No me envíes más cartas, no,
no, a menos que las despaches desde
la Calle de la Desolación.
domingo, 10 de junio de 2007
Hallelujah - canción de Leonard Cohen
He oído decir que había un acorde secreto
que tocaba David y que agradaba al Señor
pero a ti no te importa nada realmente la música ¿ verdad ?
Era algo como esto:la cuarta, la quinta,
la menor disminuye, la mayor ascendente
el rey confundido y frustrado componiendo el Aleluya
Tu fe era fuerte pero necesitabas una prueba
La viste bañándose en la terraza
Su belleza y la luz de la luna te derrotaron
Ella te encadenó a una silla de cocina
Rompió tu trono, te cortó el pelo
y en tus labios dibujo el Aleluya
Dices que tomé el Nombre en vano
cuando ni siquiera conozco el Nombre
pero si lo hice, bueno, realmente ¿qué sería eso para tí?
Hay un destello de luz en todas y cada una de las palabras
No importa cual oyeras
el roto o el santo Aleluya
Hice todo lo mejor que pude, no fue mucho
No podía sentir así que intenté tocar
He dicho la verdad, no vine aquí para engañarte
e incluso aunque todo fuera mal
permanecería delante del Señor de la Canción
sin nada en mi lengua más q’ Aleluya
(Letra alternativa)
Quizás estuve aquí antes
Conozco esta habitación
Pisé este suelo
Vivia solo antes de conocerte
Ahora veo tu bandera en el Arco de mármol
Pero el amor no es como una marcha triunfal
Sino un frio y roto aleluya
Hubo un tiempo en que me dejabas saber
Lo que realmente pasaba en tu interior
Pero ahora nunca me lo cuentas ¿no es asï?
Recuerdo cuando entré en ti
Y el espíritu santo también entró
Y cada respiración nuestra
Era como un aleluya
Tal vez haya un Dios arriba
Pero lo único q’ aprendí del amor
Es a disparar a quien me amenaza
Pero no es un grito lo q’oyes esta noche
No es la risa de alguien q’ haya visto la luz
Es un frio y roto aleluya
que tocaba David y que agradaba al Señor
pero a ti no te importa nada realmente la música ¿ verdad ?
Era algo como esto:la cuarta, la quinta,
la menor disminuye, la mayor ascendente
el rey confundido y frustrado componiendo el Aleluya
Tu fe era fuerte pero necesitabas una prueba
La viste bañándose en la terraza
Su belleza y la luz de la luna te derrotaron
Ella te encadenó a una silla de cocina
Rompió tu trono, te cortó el pelo
y en tus labios dibujo el Aleluya
Dices que tomé el Nombre en vano
cuando ni siquiera conozco el Nombre
pero si lo hice, bueno, realmente ¿qué sería eso para tí?
Hay un destello de luz en todas y cada una de las palabras
No importa cual oyeras
el roto o el santo Aleluya
Hice todo lo mejor que pude, no fue mucho
No podía sentir así que intenté tocar
He dicho la verdad, no vine aquí para engañarte
e incluso aunque todo fuera mal
permanecería delante del Señor de la Canción
sin nada en mi lengua más q’ Aleluya
(Letra alternativa)
Quizás estuve aquí antes
Conozco esta habitación
Pisé este suelo
Vivia solo antes de conocerte
Ahora veo tu bandera en el Arco de mármol
Pero el amor no es como una marcha triunfal
Sino un frio y roto aleluya
Hubo un tiempo en que me dejabas saber
Lo que realmente pasaba en tu interior
Pero ahora nunca me lo cuentas ¿no es asï?
Recuerdo cuando entré en ti
Y el espíritu santo también entró
Y cada respiración nuestra
Era como un aleluya
Tal vez haya un Dios arriba
Pero lo único q’ aprendí del amor
Es a disparar a quien me amenaza
Pero no es un grito lo q’oyes esta noche
No es la risa de alguien q’ haya visto la luz
Es un frio y roto aleluya
Otro Mayo - Juan Gelman
cuando pasabas con tu otoño a cuestas
mayo por mi ventana
y hacías señales con la luz
de las hojas finales
¿que me querías decir mayo?
¿porqué eras triste o dulce en tu tristeza?
nunca lo supe pero siempre
había un hombre solo entre los oros de la calle
pero yo era ese niño
detrás de la ventana
cuando pasabas mayo
como abrigándome los ojos
y el hombre sería yo
ahora que recuerdo
mayo por mi ventana
y hacías señales con la luz
de las hojas finales
¿que me querías decir mayo?
¿porqué eras triste o dulce en tu tristeza?
nunca lo supe pero siempre
había un hombre solo entre los oros de la calle
pero yo era ese niño
detrás de la ventana
cuando pasabas mayo
como abrigándome los ojos
y el hombre sería yo
ahora que recuerdo
La ciudad
Librería El Tunel
La Av. de Mayo creo que debe ser la arteria más pintoresca y bonita del centro de Buenos Aires, si uno se toma la molestia de mirar sus edificios con su arquitectura antigua y europea, sus bares y sus comercios.
Al 700 de la vereda impar, a mitad de cuadra hay un lugar fantástico, la librería “El Tunel”.
Está allí, parecería desde siempre, es un lugar pequeño, no llega a los 40 m2, esta bajo el nivel de la vereda que se soluciona bajando unos 4 o 5 escalones que hacen más encantador el local y que es una especie de frontera a otro mundo, a otra época. Habré pasado montones de veces en mi vida por ahí, pero nunca me fijé ni entré en el lugar, hasta la semana pasada. Hay primeras ediciones de libros de Roberto Arlt, Borges y Cortázar, libros viejos y amarillos, en las vidrieritas; y adentro mesas de usados de 3 y 10 pesos con cositas muy interesantes. No hay nada nuevo, ni libros de computación o autoayuda. Pero estar 10'minutos ahí te renueva como unas vacaciones. Zona liberada.
Alberto Einstein era argentino
Ayer estuve por el barrio de Pompeya, camino a renovar mi licencia de conducir, y me topé con una calle llamada “Alberto Einstein”. Me fijé bien si la “o” era digamos original del cartel que nombraba la calle y que no fuera agregada por la picardía de algún bromista anónimo. Y no, el cartel decía nomás Alberto Einstein...
Ahora a buscar la calle Juan Pablo Sartre.
La Av. de Mayo creo que debe ser la arteria más pintoresca y bonita del centro de Buenos Aires, si uno se toma la molestia de mirar sus edificios con su arquitectura antigua y europea, sus bares y sus comercios.
Al 700 de la vereda impar, a mitad de cuadra hay un lugar fantástico, la librería “El Tunel”.
Está allí, parecería desde siempre, es un lugar pequeño, no llega a los 40 m2, esta bajo el nivel de la vereda que se soluciona bajando unos 4 o 5 escalones que hacen más encantador el local y que es una especie de frontera a otro mundo, a otra época. Habré pasado montones de veces en mi vida por ahí, pero nunca me fijé ni entré en el lugar, hasta la semana pasada. Hay primeras ediciones de libros de Roberto Arlt, Borges y Cortázar, libros viejos y amarillos, en las vidrieritas; y adentro mesas de usados de 3 y 10 pesos con cositas muy interesantes. No hay nada nuevo, ni libros de computación o autoayuda. Pero estar 10'minutos ahí te renueva como unas vacaciones. Zona liberada.
Alberto Einstein era argentino
Ayer estuve por el barrio de Pompeya, camino a renovar mi licencia de conducir, y me topé con una calle llamada “Alberto Einstein”. Me fijé bien si la “o” era digamos original del cartel que nombraba la calle y que no fuera agregada por la picardía de algún bromista anónimo. Y no, el cartel decía nomás Alberto Einstein...
Ahora a buscar la calle Juan Pablo Sartre.
jueves, 7 de junio de 2007
Leyendas hasídicas según la interpretación de un distinguido erudito I - Woody Allen
Un hombre viajó a Chelm a fin de pedir consejo al rabino Ben Kaddish, el más sabio de todos los rabinos del siglo XIX y quizás el noodge más importante de la Edad Media.
—Rabino —preguntó el hombre—, ¿dónde puedo encontrar la paz?
El hasídico lo miró y dijo:—¡Rápido, mira detrás de ti!
El hombre dio media vuelta, y el rabino Ben Kaddish le dio en la nuca con un candelabro.
—¿Te parece suficiente paz? —le dijo ajustándose su yarmulke.
En esta parábola se hace una pregunta absurda. No sólo es absurda la pregunta, sino también el hombre que viajó a Chelm para hacerla. No es que estuviera muy lejos de Chelm, pero ¿por qué no se quedó donde estaba? ¿Por qué fue a molestar al rabino Ben Kaddish? ¿Acaso el rabino no tenía suficientes problemas? La verdad es que el rabino estaba hasta la coronilla de este tipo de graciosos, sólo porque una tal señora Hecht hubiera mencionado su nombre en un juicio de paternidad. No, la moraleja de este cuento es que este hombre no tiene nada mejor que hacer que vagabundear y poner nerviosa a la gente. Por ello, el rabino le golpea en la cabeza, algo que, según el Torah, es uno de los métodos más sutiles de demostrar interés. En una versión similar de este cuento, el rabino salta encima del hombre en un estado de frenesí y le graba la historia de Ruth en la nariz con un estilete.
—Rabino —preguntó el hombre—, ¿dónde puedo encontrar la paz?
El hasídico lo miró y dijo:—¡Rápido, mira detrás de ti!
El hombre dio media vuelta, y el rabino Ben Kaddish le dio en la nuca con un candelabro.
—¿Te parece suficiente paz? —le dijo ajustándose su yarmulke.
En esta parábola se hace una pregunta absurda. No sólo es absurda la pregunta, sino también el hombre que viajó a Chelm para hacerla. No es que estuviera muy lejos de Chelm, pero ¿por qué no se quedó donde estaba? ¿Por qué fue a molestar al rabino Ben Kaddish? ¿Acaso el rabino no tenía suficientes problemas? La verdad es que el rabino estaba hasta la coronilla de este tipo de graciosos, sólo porque una tal señora Hecht hubiera mencionado su nombre en un juicio de paternidad. No, la moraleja de este cuento es que este hombre no tiene nada mejor que hacer que vagabundear y poner nerviosa a la gente. Por ello, el rabino le golpea en la cabeza, algo que, según el Torah, es uno de los métodos más sutiles de demostrar interés. En una versión similar de este cuento, el rabino salta encima del hombre en un estado de frenesí y le graba la historia de Ruth en la nariz con un estilete.
domingo, 3 de junio de 2007
Literatura con vallas - Leo Maslíah
El ómnibus se detuvo en el kilómetro doscientos once. Marisa bajó y el chofer también, para entregarle su equipaje. Cuando el ómnibus retomó su marcha Marisa empezó a caminar. Eran parajes de tierras rojizas. Ignoro por qué tenían este color; en verdad no sé nada de geología.
Marisa caminó un par de kilómetros y se sentó a descansar sobre su equipaje. Ignoro si hacía calor o frío porque no sé nada de meteorología (además yo no estaba allí). Marisa quería levantarse y seguir su camino, pero tenía dolores en la pelvis. Nada puedo decir, por desgracia, sobre el origen de estos dolores, porque carezco de los más elementales conocimientos de ginecología.
Marisa hizo acopio de fuerzas y se levantó. Para orientarse mejor sacó de su bolso unos binoculares (o quizá fuera un catalejo; no sé nada sobre instrumentos ópticos) y echó una ojeada a los confines de su visibilidad. Avistó una figura humana, mosqueando en el horizonte. Caminó hacia ella. La figura caminaba a su vez hacia Marisa. Esto es lo que creo, aunque no me respalda en ello ningún conocimiento de geometría.
Unos minutos después la figura se hizo reconocible para Marisa. Era un hombre. Andaba casi desnudo y estaba peinado y maquillado con arreglo a las normas vigentes en el grupo humano, tribu, clan o a lo que fuera que él pertenecía. No quiero dar detalles sobre esto por miedo a meter la pata, ya que no sé absolutamente nada de antropología.
Cuando lo tuvo cerca, Marisa sacó su cámara fotográfica. Creo que se puso a regular el fotómetro, y no sé cuántas cosas más. Marisa era una excelente fotógrafa, pero yo no solamente no lo soy sino que no tengo la más puta idea de cómo se saca una foto. Parece que aquel hombre tampoco la tenía, porque cuando vio el artefacto se asustó. Se acercó a Marisa y le arrancó la cámara de las manos. No conforme con esto, le arrancó también la ropa y —ya con más delicadeza— se sacó él mismo la poca que traía puesta.
Entonces ocurrió algo que que me veo incapacitado de describir, quizá por falta de experiencia personal en la materia. No sé nada sobre sexo, y creo que por ahí corría el asunto. (Perdón si en algún momento me expreso de forma confusa o incorrecta; es que no sé nada de gramática.) En verdad la única disciplina que domino es la literatura. Sinceramente, creo que sé más que nadie en esta materia. Pero ya no puedo escribir más, lo siento. Mi falta de formación en otras disciplinas me lo impide, interponiéndose constantemente entre mi pluma y mis lectores. Esta traba merecería de mi parte, sin duda, un profundo estudio, pero yo no lo puedo hacer porque no sé nada de epistemología.
Sólo me queda entonces decir adiós, y gracias (no sé si corresponde despedirme así; perdón, pero es que no sé nada sobre modales).
Marisa caminó un par de kilómetros y se sentó a descansar sobre su equipaje. Ignoro si hacía calor o frío porque no sé nada de meteorología (además yo no estaba allí). Marisa quería levantarse y seguir su camino, pero tenía dolores en la pelvis. Nada puedo decir, por desgracia, sobre el origen de estos dolores, porque carezco de los más elementales conocimientos de ginecología.
Marisa hizo acopio de fuerzas y se levantó. Para orientarse mejor sacó de su bolso unos binoculares (o quizá fuera un catalejo; no sé nada sobre instrumentos ópticos) y echó una ojeada a los confines de su visibilidad. Avistó una figura humana, mosqueando en el horizonte. Caminó hacia ella. La figura caminaba a su vez hacia Marisa. Esto es lo que creo, aunque no me respalda en ello ningún conocimiento de geometría.
Unos minutos después la figura se hizo reconocible para Marisa. Era un hombre. Andaba casi desnudo y estaba peinado y maquillado con arreglo a las normas vigentes en el grupo humano, tribu, clan o a lo que fuera que él pertenecía. No quiero dar detalles sobre esto por miedo a meter la pata, ya que no sé absolutamente nada de antropología.
Cuando lo tuvo cerca, Marisa sacó su cámara fotográfica. Creo que se puso a regular el fotómetro, y no sé cuántas cosas más. Marisa era una excelente fotógrafa, pero yo no solamente no lo soy sino que no tengo la más puta idea de cómo se saca una foto. Parece que aquel hombre tampoco la tenía, porque cuando vio el artefacto se asustó. Se acercó a Marisa y le arrancó la cámara de las manos. No conforme con esto, le arrancó también la ropa y —ya con más delicadeza— se sacó él mismo la poca que traía puesta.
Entonces ocurrió algo que que me veo incapacitado de describir, quizá por falta de experiencia personal en la materia. No sé nada sobre sexo, y creo que por ahí corría el asunto. (Perdón si en algún momento me expreso de forma confusa o incorrecta; es que no sé nada de gramática.) En verdad la única disciplina que domino es la literatura. Sinceramente, creo que sé más que nadie en esta materia. Pero ya no puedo escribir más, lo siento. Mi falta de formación en otras disciplinas me lo impide, interponiéndose constantemente entre mi pluma y mis lectores. Esta traba merecería de mi parte, sin duda, un profundo estudio, pero yo no lo puedo hacer porque no sé nada de epistemología.
Sólo me queda entonces decir adiós, y gracias (no sé si corresponde despedirme así; perdón, pero es que no sé nada sobre modales).
Plástiko Inmortal
Paraísos de plástico se venden
en negocios de todo por dos pesos
donde las flores artificiales
no se marchitan y los girasoles
tienen falsos colores.
Despacio muy despacio
perece todo lo vivo
por la siniestra y hermosa naturaleza.
Las muñecas de goma
sobreviven a sus dueñas
que alguna vez fueron niñas
y el tiempo las fue creciendo
a pesar de todas las cremas antiarrugas
y de los avances de la cirugía estética.
Por alguna extraña causa todo sigue girando
pero lo único que perdura es el plástico,
el tonto plástico.
en negocios de todo por dos pesos
donde las flores artificiales
no se marchitan y los girasoles
tienen falsos colores.
Despacio muy despacio
perece todo lo vivo
por la siniestra y hermosa naturaleza.
Las muñecas de goma
sobreviven a sus dueñas
que alguna vez fueron niñas
y el tiempo las fue creciendo
a pesar de todas las cremas antiarrugas
y de los avances de la cirugía estética.
Por alguna extraña causa todo sigue girando
pero lo único que perdura es el plástico,
el tonto plástico.
viernes, 1 de junio de 2007
Diálogo entre Asmodeo y el ruso Salzman - Alejandro Dolina
Asmodeo: Soy Asmodeo, inspirador de tahúres y dueño de todas las fichas del mundo. Conozco de memoria todas las manos que se han repartido en la historia de las barajas. También conozco las que se repartirán en el futuro.
Los dados y las ruletas me obedecen. Mi cara esta en todos los naipes. Y poseo la cifra secreta y fatal que han de sumar tus generalas cuando llega el fin de tu vida.
Salzman: ¿No desea jugar al chinchón?
Asmodeo: No, Salzman. Vengo a ofrecerte el triunfo perpetuo. Con sólo adorarme, ganarás siempre en cualquier juego.
Salzman: No sé si quiero ganar.
Asmodeo: Imbécil...! ¿Acaso quieres perder?
Salzman: No. Tampoco quiero perder.
Asmodeo: ¿Qué es lo que quieres entonces?
Salzman: Jugar. Quiero jugar, maestro... Hagamos un chinchón.
Los dados y las ruletas me obedecen. Mi cara esta en todos los naipes. Y poseo la cifra secreta y fatal que han de sumar tus generalas cuando llega el fin de tu vida.
Salzman: ¿No desea jugar al chinchón?
Asmodeo: No, Salzman. Vengo a ofrecerte el triunfo perpetuo. Con sólo adorarme, ganarás siempre en cualquier juego.
Salzman: No sé si quiero ganar.
Asmodeo: Imbécil...! ¿Acaso quieres perder?
Salzman: No. Tampoco quiero perder.
Asmodeo: ¿Qué es lo que quieres entonces?
Salzman: Jugar. Quiero jugar, maestro... Hagamos un chinchón.
miércoles, 30 de mayo de 2007
La cara de un candidato político en un cartel publicitario
Ahí está:
No demasiadas resacas
No demasiadas peleas con mujeres
No demasiados neumáticos desinflados
Nunca pensó en el suicidio
No más de tres dolores de muelas
Nunca se saltó una comida
Nunca estuvo encarcelado
Nunca estuvo enamorado
7 pares de zapatos
un hijo en la universidad
un coche que no tiene más que un año
pólizas de seguros
un césped muy verde
cubos de basura con tapa hermética
seguro que lo votan.
de Charles Bukowski
No demasiadas resacas
No demasiadas peleas con mujeres
No demasiados neumáticos desinflados
Nunca pensó en el suicidio
No más de tres dolores de muelas
Nunca se saltó una comida
Nunca estuvo encarcelado
Nunca estuvo enamorado
7 pares de zapatos
un hijo en la universidad
un coche que no tiene más que un año
pólizas de seguros
un césped muy verde
cubos de basura con tapa hermética
seguro que lo votan.
de Charles Bukowski
martes, 29 de mayo de 2007
"Ella se desnuda
en el paraíso de su memoria
ella desconoce
el feroz destino de sus visiones
ella tiene miedo
de no saber nombrar lo que no existe."
de Alejandra Pizarnik
ella desconoce
el feroz destino de sus visiones
ella tiene miedo
de no saber nombrar lo que no existe."
de Alejandra Pizarnik
Quizá la más querida - Julio Cortázar
Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.
Campanadas de Libertad
Lejos, entre el ocaso del atardecer y el romper de la medianoche,
nos metimos rápidamentre en el portal, un trueno estallaba
mientras majestuosas campanas de rayos encendían sombras en los sonidos,
parecían ser campanadas de libertad destellando.
Destellando por los guerreros cuya fuerza no es para luchar
destellando por los refugiados en el inerme camino de la huida
y por cada uno de los desvalidos soldados de la noche
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
En el horno de la derretida ciudad observamos inesperadamente,
con las caras ocultas mientras las paredes se estrechaban,
como el eco de las campanas de boda antes de la soplante lluvia
se disolvían en las campanas del relámpago.
Tañendo por el rebelde, tañendo por el libertino,
tañendo por el desafortunado, el abandonado y el rechazado
tañendo por el proscripto quemándose constantemente en la hoguera
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
A través del loco martilleo místico del bárbaro granizo salvaje,
el cielo chasqueó sus poemas en desnuda pregunta
que el sonido de las campanas de la iglesia sopló a la brisa,
quedando sólo las campanas del relámpago y su trueno
golpeando por el benigno, golpeando por el bondadoso
golpeando por los guardianes y los protectores de la mente
y por el desempeñado pintor fuera de su época
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
En el salvaje atardecer catedralicio la lluvia descifró historias
para las desnudas formas sin rostro de los sin posición
tañendo por las lenguas sin sitio adonde llevar sus pensamientos
todas atrapadas en situaciones dadas por supuesto
tañendo por el sordo y el ciego, tañendo por el mudo
por la maltratada madre soltera y la mal llamada prostituta,
por el fuera de ley, por el perseguido y engañado en la persecusión
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
Incluso una cortina de nube blanca destelló en una lejana esquina
y las hipnóticas manchas brumosas se elevaron lentamente
la luz eléctrica todavía golpeaba como flechas,
disparadas todas salvo las condenadas a la inacción o las que son retenidas en la corriente,
sonando por los buscadores en su muda búsqueda de señales,
por los amantes corazones solitarios con su historia muy personal
y por cada alma inocente y amable inmerecidamente encarcelada
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
Los ojos luminosos y sonriendo recuerdo cuando fuimos capturados
atrapados fuera del tiempo que estaba suspendido
mientras escuchábamos y mirábamos por última vez,
hechizados y consumidos hasta el fin de su tañido,
tañendo por aquéllos cuyas heridas no pueden ser curadas
por los incontables desorientados, acusados, maltratados, pisados y otros peores
y por cada persona confundida en todo el ancho universo
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
canción de Bob Dylan
nos metimos rápidamentre en el portal, un trueno estallaba
mientras majestuosas campanas de rayos encendían sombras en los sonidos,
parecían ser campanadas de libertad destellando.
Destellando por los guerreros cuya fuerza no es para luchar
destellando por los refugiados en el inerme camino de la huida
y por cada uno de los desvalidos soldados de la noche
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
En el horno de la derretida ciudad observamos inesperadamente,
con las caras ocultas mientras las paredes se estrechaban,
como el eco de las campanas de boda antes de la soplante lluvia
se disolvían en las campanas del relámpago.
Tañendo por el rebelde, tañendo por el libertino,
tañendo por el desafortunado, el abandonado y el rechazado
tañendo por el proscripto quemándose constantemente en la hoguera
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
A través del loco martilleo místico del bárbaro granizo salvaje,
el cielo chasqueó sus poemas en desnuda pregunta
que el sonido de las campanas de la iglesia sopló a la brisa,
quedando sólo las campanas del relámpago y su trueno
golpeando por el benigno, golpeando por el bondadoso
golpeando por los guardianes y los protectores de la mente
y por el desempeñado pintor fuera de su época
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
En el salvaje atardecer catedralicio la lluvia descifró historias
para las desnudas formas sin rostro de los sin posición
tañendo por las lenguas sin sitio adonde llevar sus pensamientos
todas atrapadas en situaciones dadas por supuesto
tañendo por el sordo y el ciego, tañendo por el mudo
por la maltratada madre soltera y la mal llamada prostituta,
por el fuera de ley, por el perseguido y engañado en la persecusión
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
Incluso una cortina de nube blanca destelló en una lejana esquina
y las hipnóticas manchas brumosas se elevaron lentamente
la luz eléctrica todavía golpeaba como flechas,
disparadas todas salvo las condenadas a la inacción o las que son retenidas en la corriente,
sonando por los buscadores en su muda búsqueda de señales,
por los amantes corazones solitarios con su historia muy personal
y por cada alma inocente y amable inmerecidamente encarcelada
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
Los ojos luminosos y sonriendo recuerdo cuando fuimos capturados
atrapados fuera del tiempo que estaba suspendido
mientras escuchábamos y mirábamos por última vez,
hechizados y consumidos hasta el fin de su tañido,
tañendo por aquéllos cuyas heridas no pueden ser curadas
por los incontables desorientados, acusados, maltratados, pisados y otros peores
y por cada persona confundida en todo el ancho universo
y nosotros contemplamos las campanadas de libertad llameando.
canción de Bob Dylan
domingo, 27 de mayo de 2007
Woody Allen y el sexo
"La última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visitaba la Estatua de la Libertad."
"Existen dos cosas muy importantes en el mundo: una es el sexo, de la otra no me acuerdo."
"El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores."
"Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida."
"Creo que el sexo es una cosa hermosa entre dos personas. Entre cinco, ya es fantástica."
"El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reírse."
"La diferencia entre masturbarse y tener relaciones sexuales es que haciendo lo último se conoce más gente"
"Existen dos cosas muy importantes en el mundo: una es el sexo, de la otra no me acuerdo."
"El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores."
"Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida."
"Creo que el sexo es una cosa hermosa entre dos personas. Entre cinco, ya es fantástica."
"El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reírse."
"La diferencia entre masturbarse y tener relaciones sexuales es que haciendo lo último se conoce más gente"
jueves, 24 de mayo de 2007
Himno
Los pájaros cantaban
cuando rompía el día
Comienza otra vez
les oía decir
No insistas en lo que
ha pasado y se ha acabado
o en lo que está por venir aún
Las guerras serán
peleadas otra vez
la santa paloma
será atrapada nuevamente
comprada y vendida
y comprada otra vez
la paloma nunca es libre
Haz sonar las campanas que aún suenen.
Olvida tu ofrecimiento perfecto.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
Pedimos signos
los signos fueron enviados:
el nacimiento traicionado
el matrimonio consumido
la viudedad
de cada gobierno
-signos para que todos los vean
No puedo correr más
con la multitud sin ley
mientras los asesinos en lugares altos
dicen sus oraciones a viva voz.
Pero ellos han conjurado
una nube de tormenta
y van a oír de mí
Haz sonar las campanas que aún suenen.
Olvida tu ofrecimiento perfecto.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
Puedes reunir las partes
pero no tendrás la suma
Puedes atacar la marcha
no hay batería
Cada corazón
al amor llegará
pero como un refugiado
Haz sonar las campanas que aún suenen.
Olvida tu ofrecimiento perfecto.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
canción de Leonard Cohen
cuando rompía el día
Comienza otra vez
les oía decir
No insistas en lo que
ha pasado y se ha acabado
o en lo que está por venir aún
Las guerras serán
peleadas otra vez
la santa paloma
será atrapada nuevamente
comprada y vendida
y comprada otra vez
la paloma nunca es libre
Haz sonar las campanas que aún suenen.
Olvida tu ofrecimiento perfecto.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
Pedimos signos
los signos fueron enviados:
el nacimiento traicionado
el matrimonio consumido
la viudedad
de cada gobierno
-signos para que todos los vean
No puedo correr más
con la multitud sin ley
mientras los asesinos en lugares altos
dicen sus oraciones a viva voz.
Pero ellos han conjurado
una nube de tormenta
y van a oír de mí
Haz sonar las campanas que aún suenen.
Olvida tu ofrecimiento perfecto.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
Puedes reunir las partes
pero no tendrás la suma
Puedes atacar la marcha
no hay batería
Cada corazón
al amor llegará
pero como un refugiado
Haz sonar las campanas que aún suenen.
Olvida tu ofrecimiento perfecto.
Hay una grieta en todo.
Así es como entra la luz.
canción de Leonard Cohen
miércoles, 23 de mayo de 2007
El Mar - Jorge Luis Borges
Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy?
Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy?
Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.
Sueño N° 302
Las cortinas de tu casa
son demasiado oscuras
y no te puedo ver,
pero la luz de tu cuarto esta prendida
y yo no dejo de temblar imaginándote.
En mi delirio parkinsoniano
un buey se acerca y me dice: -buenas noches!
-donde para el 86?.
Mientras los sapos salen a festejar la noche,
las luces de la ambulancia que me viene a buscar
se reflejan en mis ojos,
escucho el grito de un gol lejano
en el instante justo que comienza a llover.
Me hago invisible,
doy una vuelta carnero sobre el asfalto
y cortésmente me presento a los paramédicos:
-Soy Bond, ...James Bond.
Me despierto en una cama atado,
por la expresión perdida de mis compañeros de habitación
deduzco habilmente que se trata de un neuropsiquíatrico.
Veo acercarse a una robusta enfermera de aspecto policíaco
que me dice: -Es un placer tenerlo acá, señor Bond-dí-hola.
Le digo hola y le pido un desayuno americano y el catálogo de acompañantes
pero me mira sonriente y me aplica una inyección.
Tengo visitas, una rubia fatal a quién nunca ví antes
me trae una botella de whisky escosés.
Me la tomo en 5' minutos, una vez vacía
llamo a la enfermera y le pido más.
Lo único que trae es otra inyección en la mano,
y yo en un acto de legítima defensa
le parto la botella vacía en la cabeza,
salto de la cama, agarro a la rubia del brazo
y salimos corriendo.
Nos siguen un batallón de personas: enfermeros, policías,
porteros, guardas de tren, profesores de educación física y de química,
pastores evangelistas y vendedores de seguros. No se que quieren.
Nos metemos en un cine para despistar.
Están pasando una película iraní,
me quedo dormido.
Me despierto en mi casa llorando, miro el reloj.
Son las 5 de la mañana.
son demasiado oscuras
y no te puedo ver,
pero la luz de tu cuarto esta prendida
y yo no dejo de temblar imaginándote.
En mi delirio parkinsoniano
un buey se acerca y me dice: -buenas noches!
-donde para el 86?.
Mientras los sapos salen a festejar la noche,
las luces de la ambulancia que me viene a buscar
se reflejan en mis ojos,
escucho el grito de un gol lejano
en el instante justo que comienza a llover.
Me hago invisible,
doy una vuelta carnero sobre el asfalto
y cortésmente me presento a los paramédicos:
-Soy Bond, ...James Bond.
Me despierto en una cama atado,
por la expresión perdida de mis compañeros de habitación
deduzco habilmente que se trata de un neuropsiquíatrico.
Veo acercarse a una robusta enfermera de aspecto policíaco
que me dice: -Es un placer tenerlo acá, señor Bond-dí-hola.
Le digo hola y le pido un desayuno americano y el catálogo de acompañantes
pero me mira sonriente y me aplica una inyección.
Tengo visitas, una rubia fatal a quién nunca ví antes
me trae una botella de whisky escosés.
Me la tomo en 5' minutos, una vez vacía
llamo a la enfermera y le pido más.
Lo único que trae es otra inyección en la mano,
y yo en un acto de legítima defensa
le parto la botella vacía en la cabeza,
salto de la cama, agarro a la rubia del brazo
y salimos corriendo.
Nos siguen un batallón de personas: enfermeros, policías,
porteros, guardas de tren, profesores de educación física y de química,
pastores evangelistas y vendedores de seguros. No se que quieren.
Nos metemos en un cine para despistar.
Están pasando una película iraní,
me quedo dormido.
Me despierto en mi casa llorando, miro el reloj.
Son las 5 de la mañana.
Angélica
Las palabras que pueden ser dichas
no reflejan, ni describen;
sólo son excusas
y pretextos
para negar la soledad y el desamparo
que sentí al verte
tan dulce y hermosa,
pretendiendo entenderme
pero sin llegar a besar mis labios mortecinos
y yo sin ver tu cuerpo desnudo.
Encandilado por visiones oníricas
donde nos conocimos
mi corazón roto y mi mente en llamas
tu estructura tan común y dócil
como la de cualquier chica de barro
agazapada en la Historia contada en libros
y claustros insoportables
donde siempre ganan los indicados y todo es clasificado.
Después despertándome de madrugada
con todas estas imágenes
sintiendo una tonta nostalgia relacionada con vos
y buscando alguna forma absurda de enamorarte a distancia
queriendo escapar de este sentimiento
y todo esto sin saber por qué.
no reflejan, ni describen;
sólo son excusas
y pretextos
para negar la soledad y el desamparo
que sentí al verte
tan dulce y hermosa,
pretendiendo entenderme
pero sin llegar a besar mis labios mortecinos
y yo sin ver tu cuerpo desnudo.
Encandilado por visiones oníricas
donde nos conocimos
mi corazón roto y mi mente en llamas
tu estructura tan común y dócil
como la de cualquier chica de barro
agazapada en la Historia contada en libros
y claustros insoportables
donde siempre ganan los indicados y todo es clasificado.
Después despertándome de madrugada
con todas estas imágenes
sintiendo una tonta nostalgia relacionada con vos
y buscando alguna forma absurda de enamorarte a distancia
queriendo escapar de este sentimiento
y todo esto sin saber por qué.
De Las Alas del Deseo - Peter Handke II
Cuando el niño era niño
no podía pasar las espinacas, los porotos,
el arroz con leche y el coliflor saltado.
Ahora se lo come todo
y no porque lo obliguen.
Cuando el niño era niño
despertó una vez en una cama extraña
y ahora, una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora sólo con suerte.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuírlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora esta idea lo estremece.
Cuando el niño era niño
jugaba con entusiasmo,
y ahora se mete en sus cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.
no podía pasar las espinacas, los porotos,
el arroz con leche y el coliflor saltado.
Ahora se lo come todo
y no porque lo obliguen.
Cuando el niño era niño
despertó una vez en una cama extraña
y ahora, una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora sólo con suerte.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuírlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora esta idea lo estremece.
Cuando el niño era niño
jugaba con entusiasmo,
y ahora se mete en sus cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.
De Las Alas del Deseo - Peter Handke
Cuando el niño era niño
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente
y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño no sabía que era niño
para él todo estaba animado
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué no allí?
¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad son los malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy,
no fuera antes de devenir; y que un día yo,
el que yo soy, no seré más ese que soy?
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente
y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño no sabía que era niño
para él todo estaba animado
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué no allí?
¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad son los malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy,
no fuera antes de devenir; y que un día yo,
el que yo soy, no seré más ese que soy?
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