miércoles, 23 de mayo de 2007

Pueblo Blanco


El tiempo pasa y sólo lo nota el reloj
de la plaza principal
Los lugareños apenas si se mueven
cada 40' o 50' minutos
alguno se rasca la cabeza o espanta una mosca.
Al atardecer los metabolismos comienzan a funcionar
con algún grado mayor de celeridad
y unos pocos caminan
siempre en círculos silenciosos.
El mar recibe y despide a pequeños
barquitos con cuatro o cinco pescadores
que las gaviotas acompañarán
como ángeles guardianes.
De vez en cuando grupos de turistas bulliciosos
llegan para sacar fotos y comprar alguna artesanía
fabricada industrialmente en la capital.