miércoles, 19 de marzo de 2008

La magia de Bob Dylan


Los tres conciertos fueron diferentes y el humor de Dylan fue de menor a mayor hasta que en el show de ayer se lo vío bastante divertido. El jueves en Córdoba, yo antes del recital estaba a punto de desmayarme de la ansiedad. Ver a Dylan despues de 8 años y en una ciudad secundaria de Argentina me generaba una mezcla de emoción, expectativa, nerviosismo y euforia. Encima en un excelente estadio cerrado con una ubicación en fila 2 q’ minutos antes de show convertí en fila 1, el recital estuvo correcto, con un público q’ apenas colmaba más de la mitad del recinto y q’ en gral. tenía una actitud expectante y estática como si se tratara de un concierto de la Filarmonica de Viena. En fin, yo estaba desbordado y no paraba de gritar y pararme ante los reclamos de los espectadores de atrás, los aprietes de los ursos de la seguridad local y la amenazante mirada del asiático guardaspaldas de Dylan q’ no dejo de vigilar desde el costado del pequeño escenario a la gente de las primeras filas. El sonido no era bueno, pero Dylan canto afinado y con delicadeza.
El sábado pasado la cosa cambió un poco, en el estadio de Velez, una cancha de fútbol y un público un poco más festivalero, como telonero cantó un músico argentino León Gieco al q’ se le sumó sobre el final Charly Garcia, dos leyendas del rock local. Un escenario enorme q’ a los q’ estaban en primera fila se les dificultó ver algo de un Dylan q’ cada vez se ubica más atrás con su piano como poniendo distancia posiblemente por alguna cuestión q’ se me ocurre vinculada a la seguridad. El sonido fue espectacular esta vez a pesar de ser un estadio abierto en el q’ habrían 20000 personas, entre los cuales había muchos extranjeros principalmente del sur de Brasil y varios yankees y europeos q’ vaya a saber por q’ motivos de fanatismo o turismo pero estaban en este punto distante de la Never Ending Tour. Dylan parecía entonado, saludo 2 veces e hizo un bis con tres canciones. No decepcionó ni a seguidores ni a los q’ se acercaron para ver a un supuesto mito pero que poco conocen de su música. Dylan en forma y el público satisfecho. Excelente show.
Ayer en Rosario, en el Hipódromo, un lugar descubierto donde entrarian unas 5000 personas, en una noche cálida y despejada, a Dylan se lo vió de excelente humor para lo parco y tímido q’ es. Se rió bastante (más allá de sus muecas q’ la gente confunde con sonrisas), se dio el lujo de equivocarse y cantar por segunda vez una misma estrofa de Most Likely y descojonarse al darse cuenta con sus músicos, moverse bastante e incluso bailar para lo q’ es Dylan hoy en día arriba del escenario, saludar varias veces y cantar en el bis una versión de los más festiva de Rainy Day Women, en la q’ incluso fuera del estribillo Bob seguía cantando divertidamente y sin parar de reirse everybody get stoned. Cuanto menos seguramente se habrá tomado el maestro una buena cantidad de vino ayer antes del concierto, se lo veía feliz y divertido, y sorprendentemente debe ser uno de los pocos recitales donde no presento a la banda, se olvido nomás, everybody get soned y a veces Dylan también feliz y contento como los q’ estuvimos ayer en esa fiesta.
Me quedan unos de los mejores recuerdos de mi vida, compartir la pasión por la música de Dylan con viejos conocidos y algunos nuevos amigos y la emoción pura de disfrutar 3 noches formidables.
Viva Bobby y saludos a todos!